STAFF/@michangoonga
Ya magia, emoción, alegría y felicidad de la navidad de este año, ya son cosas del pasado, y la realidad de la gran mayoría de mexicanos comienza a surgir: las inmensas cantidades de recalentado.
Pavo, romeritos, lasaña, jamón, lomo, postres y demás platillos que sobraron del gran banquete por el cumpleaños de Jesucristo, regresan a la batalla para ser consumidos y evitar desperdicios de comida.
Es en este momento cuando más cuidadosos debemos ser, a fin de evitar ser víctimas de alguna intoxicación por consumir un alimento en mal estado.
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos(CDC por sus siglas en inglés), comenta que la enfermedad estomacal más común en Estados Unidos, es causada por la bacteria clostridium perfringens, la cual se encuentra en la carne, aves, intestinos de animales y seres humanos, así como en el medio ambiente.
Sin embargo, la infección puede darse cuando ciertos alimentos, como asados grandes o guisos de ollas grandes, no se mantienen a temperaturas adecuadas hasta que se sirven.
Para evitar la intoxicación alimentaria por C. perfringens se recomienda cocinar carnes o aves a una temperatura de entre 72 y 74 grados Centígrados y luego mantenerse a una temperatura de 60°C en promedio.
“Estas temperaturas evitan que se multipliquen las bacterias que podrían haber sobrevivido a la cocción. Los platos con carne deben servirse calientes, dentro de las 2 horas de haberse cocinado”, señala el CDC.
La comida sobrante debe refrigerarse a 4°C y sin dejar pasar las dos horas posteriores a la preparación. Para recalentarse, debe ser a una temperatura promedio de 74°C.
“Es probable que los alimentos que contienen bacterias peligrosas no tengan sabor, olor o apariencia diferente. Puede ser peligroso ingerir cualquier alimento que haya quedado fuera del refrigerador durante demasiado tiempo, aun cuando parezca en buen estado”, advierte el CDC.
