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Sentir ñáñaras

Por Ann

¿Cuántas veces hemos sentido que un airecito frío nos recorre el cuerpo por una razón aparentemente inexplicable? ¿Cuántas veces hemos sentido que hay algo o alguien que nos observa cuando no hay nadie aparentemente? ¿Cuántas veces creemos que nos hablan cuando todo está en silencio? ¿Cuántas veces han soñado con gente que ya no está? No los quiero espantar pero… puede que en efecto no estemos solos ¡Ay nanita! Hasta siento un hueco en el estómago.

La verdad es que en esta ocasión agarro al toro por los cuernos porque es un tema que me causa algo de temor; siempre tememos a lo desconocido y es normal, sin embargo, podemos controlar ese miedito racionalizando lo que sucede a nuestro alrededor. A veces son cosas que resultan ser producto de nuestra imaginación, a veces resulta que son reales.

Recuerdo que hace muchos años, mi tía vivía en una casa muy grande en la que todo el tiempo se escuchaban cosas. Jamás llegué a ver nada, incluso pensaba que eran mis nervios por tanta autosugestión pero resultó que mis hermanas también escucharon cosas. Y fue hasta que mi tía se mudó que nos confesó que por las noches le sacudían la cama en la que dormía… mello L

También me tocó vivir en una casa en el Centro la cual se convirtió en restaurante. Se escuchaba el sonido de un tren; resulta que a principios del siglo XX pasaba un tren por ahí y en la madrugada se escuchaba el silbato. Más mello L

Y una experiencia que no me dio miedo, sino más bien una mezcla entre alegría y tristeza: una buena amiga de mi mamá falleció hace 13 años por una enfermedad. Pues la soñé sonriendo y me dijo: “Me saludas a tu mamá, dile que estoy bien”. Me pasó lo mismo con mi abuelo materno a quien no conocí en vida; recuerdo que lo soñé como aparece en sus fotos, muy arreglado y con la eterna sonrisa en su boca, sus palabras fueron: “Mija, no importa que ya no esté tu papá, yo las quiero mucho y ustedes también son mis hijas como tu mamá”. Chales, hasta me pongo chillosa cada vez que me acuerdo.

Pues verdad o mentira pero son sensaciones que percibimos, algunas nos gustaría que no existieran, otras ni cómo evitarlas. Si no les gusta lo que ven o escuchan, piensen en algo bonito, poco a poco la sensación irá desapareciendo. Lo mejor es tranquilizarse ¡y no pasa nada! Como lo tomen es como les afectará, recuerden: hay que temer a los vivos, no a los que ya no están.

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