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Revuelo e indignación es lo que se vive en estos momentos en Canadá, tras descubrir en los alrededores de cuatro iglesias, un aproximado de 750 fosas clandestinas con restos de niños indígenas aparentemente abusados, que fueron internados ahí a mediados del siglo XX, para “convertirlos” a la religión católica.
Desde el pasado 29 de mayo, las autoridades canadienses dieron a conocer el hallazgo de mas de 200 cuerpos de niños indígenas en lo que antes eran internados de la iglesia católica, lo que refleja el terrible destino que sufrieron cientos de niños tras ser arrancados de su familia para ser “evangelizados”.
Muchos grupos indígenas canadienses se han mostrado molestos y acusan a la iglesia católica de este “genocidio” e incluso se atreven a asegurar que han encontrado más de 600 tumbas sin marcar.
Por eso, este 30 de junio hubo un nuevo caso contra una de las iglesias de Edmonton en Morinville, donde las personas de la localidad observaron como un centro religioso fue incendiado, aunado a esto el primero de julio las comunidades indígenas canadienses derrumbaron una estatua de la Reina Isabel II mostrando su indignación frente al hallazgo de los cadáveres de los infantes.
La acción contra la estatua de la reina se muestra como una expresión mas que anticatólica, anti colonial, recordemos que este descubrimiento se dio gracias a un programa que busca realizar la separación de costumbres y tradiciones de Estado/Iglesia, en la sociedad canadiense,
