STAFF/@michangoonga / Colab. Esp. Paul Alberto Chávez Noriega / Vértices de Michoacán
Hoy, se suponía, que sería un día de fiesta y de acercamiento de las autoridades con el pueblo de la región de Uruapan, y eso incluye a La Meseta Purépecha, a través de los artesanos.
Pero meses de preparación y de organización simplemente se fueron al caño por la intolerancia de unos y la soberbia de otros: Desde hace algunos días, la comunidad indígena de Caltzontzin había señalado su intención de boicotear el Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos, particularmente el desfile que da apertura a la considerada la “vitrina artesanal más grande de Latinoamerica.
A esa voz de protesta se sumaron maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) exigiendo justicia por Arantepacua, tras los enfrentamiento suscitados esta semana con saldo de al menos tres civiles muertos y siete policías lesionados, en lo que el gobierno estatal acusó de emboscada a los comuneros, mientras estos acusan abuso excesivo del uso de la fuerza pública.
Las previsiones del gobierno se dieron desde la noche del viernes arribaron a la ciudad de Uruapan cientos de elementos de la Policía Michoacán, para disponer un operativo de resguardo del primer cuadro de la ciudad.
Nunca antes un desfile de artesanos había tenido tanto elemento de seguridad durante el trayecto. Las calles que llevaban al recorrido fueron cerradas al paso de vehículos y peatones, ni los propios uruapenses podían acercarse, lo que dejó ver unos portales sin gente, sin espectadores y sin aplausos para los artesanos.
La comitiva de autoridades avanzó rápido, simulaban una alegría que no se creía, pero a su paso, manifestantes apostados en las banquetas reprochaban al gobernador sus acciones en Arantepacua, “Fuera Silvano”, “¡Asesinos!” retumbaba en el aire las consignas, los reclamos al paso del mandatario estatal, quien solo atinaba a voltear a otro lado, fiel replicador de la doctrina priista “ni los veo, ni los oigo”.
Los gritos, provenían de los comuneros de Caltzontzin (de Arantepacua no se vieron, o al menos no de manera evidente, además de que no presentaron contigente en el desfile), y de los maestros de la CNTE que incluso exasperaron a funcionarios como el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Juan Bernardo Corona, quien fue abordado por un miembro del magisterio quien lo increpó de manera agresiva sobre el operativo en Arantepacua tratando de jalarlo de un hombro, lo cual hizo que el funcionario perdiera por un momento la cordura y tratara de contestar la agresión lo cual fue evitado por sus colaboradores.
Pero además hay que decir que el operativo hormiga de los manifestantes funcionó, lograron colarse hasta el portal que colinda con la Casa de la Cultura, a tan solo unos metros de donde tradicionalmente las autoridades ven pasar el desfile, reciben presentes, saludan, bailan y conviven con los artesanos, hoy eso no pudo ser, dos minutos duró el gobernador en su lugar, las consignas de los manifestantes lograron su objetivo, se fue.
Así, Aureoles Conejo y miembros de su gabinete, diputados, funcionarios municipales y estatales abandonaron sus sillas, se fueron a refugiar a la Casa de la Cultura, mientras el caos y el desconcierto predominaban en la calle, los granaderos no dejaban pasar los contigentes porque los maestros se infiltrarian en el desfile y la manifestación crecería.
Ahora sabemos que fue un completo error del equipo de Silvano Aureoles no prever el descontento e insistir en que participará en el desfile, y la duda es: ¿Porque a pesar de los avisos de manifestación siguió en pie la intención de estar aquí?
Seria bueno que las autoridades dejarán de participar en el desfile de los artesanos y que única y exclusivamente se dedicaran a aplaudir a los contigentes, como ocurría en el pasado, antes del arribo del PRD al gobierno con Lázaro Cárdenas Batel, donde se comenzó a crear esta “tradición” de que los políticos empezando por el gobernador, protagonicen la apertura.
Tiempo después, los artesanos desfilaron, casi como en los años anteriores, los contigentes eran muy pequeños en cantidad y faltaron varias comunidades, signo de que el descontento no es solo de un pueblo o sector.
Sin embargo, el ambiente ya estaba enrarecido, el desfile no lució porque no había gente para lucirse, error de protocolo.
Ahora solo queda esperar a que los visitantes lleguen, que los uruapenses acudan y que los artesanos vendan, ojalá ya no se paren las autoridades en el tianguis, para que transcurra en paz.
