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Cinema Dude… Escena Del Crimen: Desaparición En El Hotel Cecil

En 2013, Elisa Lam, una canadiense de veintiún años desapareció en California. Lo último que se supo de ella fue lo capturado por las cámaras del hotel donde se hospedaba

By: Héctor Ramírez

Director: Joe Berlinger

Se puede ver en Netflix

En 2013, Elisa Lam, una canadiense de veintiún años desapareció en California. Lo último que se supo de ella fue lo capturado por las cámaras del hotel donde se hospedaba. La chica entra al elevador, tras presionar todos los botones del tablero de control, se recarga en una de las esquinas, como si se escondiera de alguien, sus movimientos y ademanes son erráticos, finalmente sale del elevador. Tras varios días de búsqueda, encuentran su cuerpo sin vida en una de las cisternas del techo del hotel.

¿Cuál era la razón de su errático comportamiento? ¿Cómo fue que entró a la cisterna? ¿Alguien la perseguía? ¿Fue asesinada? Estas son algunas de las preguntas que intenta resolver esta nueva docuserie de Netflix, la cual fue producida por el mismísimo Ron Howard y dirigida por Joe Berlinger, quien ya nos trajo Las cintas de Ted Bundy y aquel documental sobre Metallica de hace casi 20 años.

Esta nueva docuserie sigue la misma fórmula que le ha funcionado a Netflix con este tipo de miniseries: plantea un misterio y va reconstruyendo los hechos con una estructura casi de historia de ficción. Nos van proporcionando los datos poco a poco, casi en el mismo orden que los iban conociendo los que en su momento investigaron el caso.

Los cuatro capítulos de casi una hora cada uno bien pudieron reducirse a la mitad. El tercer episodio, por ejemplo, emplea su ṕrimera mitad para que conozcamos las diferentes teorías que surgieron en internet acerca de la causa de muerte de Elisa para, posteriormente, darnos los resultados del forense. Esta manera de narrar los hechos es efectiva para emocionar al espectador, sin embargo, uno puede evitar preguntarse si ha perdido esa media hora con especulaciones que no iban a ningún lado. Lo mismo sucede cuando introducen a un supuesto sospechoso, para descartarlo bastantes minutos después con base en el avasallador argumento de que el tipo ni siquiera se encontraba en Estados Unidos el día de la tragedia, mientras tanto, ya jugó un buen rato con nuestras expectativas.

Hablando de teorías del internet, si viste Don’t F**k With Cats: Hunting an Internet Killer, otra docuserie de Netflix, recordarás que la cibercomunidad fue de mucha ayuda para ayudar atrapar al malhechor. Acá no pasa lo mismo, los detectives de internet solo sueltan teorías que no van a ningún lado.

Un peso importante de la docuserie está destinado a narrarnos la historia del hotel donde se hospedaba Elisa: el Cecil, un cuchitril ubicado en el centro de Los Ángeles, tristemente célebre por albergar a un asesino serial y porque ahí, durante varias décadas se cometían toda clase de crímenes. Lo que pudo ser una buena oportunidad para hablar sobre las condiciones sociales y económicas de una de las principales ciudades estadounidenses durante el siglo XX y de qué manera esto incidió en la comisión de delitos, se diluye en peroratas acerca de que el hotel es una especie de nudo donde convergen energías malignas. Pero bueno, al menos eligieron la explicación más llamativa.

La tragedia de Elisa Lam visibiliza varios problemas que son abordados superficialmente por la docuserie, a veces hasta con falta de sensibilidad o empatía. Si eres fan de documentales de crimen de Netflix, como Genio del mal, Las cintas de Ted Bundy, Abducted in plain sight o Don’t f**k with cats: Hunting an internet killer, tal vez lo disfrutes, aunque, advierto, no está a la altura de ninguno de ellos.

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