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La realización de un baile en la comunidad de San Juan del Río dejo un brote de COVID-19, luego de que en él participara gran parte de los habitantes del poblado, sin respetar ninguna de las medidas sanitarias como la sana distancia o el uso del cubrebocas, provocando que las hospitalizaciones en el estado de Oaxaca se incrementaran más del doble.
Fue el pasado 5 de enero cuando el poblado, de mil 200 habitantes parte del municipio de Santiago Choápam se olvidó de las medidas sanitarias y celebró al Niño Dios, con todo y música en vivo y 20 días después se realizaron 30 pruebas para detectar al COVID-19, de las cuales 10 dieron positivo.
Por esto, la población se aisló en sus casas, pues no tenían médicos, sin embargo, los alimentos comenzaron a escasear, señalan.
Debido a esto, el presidente municipal Everisto Gamboa Díaz mandó un oficio al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en donde señalaba que les daba igual morirse en la ciudad o morirse en medio del bosque, y amenazaban que, en caso de que no les mandaran atención medida, irían a la capital a “morirse”.
“Ante el olvido, la pobreza y el desprecio, nos da lo mismo morirnos acá en la ciudad, que en la montaña, por tal razón, de no dar respuesta inmediata a esta petición, todos los que dieron positivo y están asilados, nos trasladaremos al centro de la capital para morirnos en nuestro abandono en Oaxaca”, indicaba el oficio enviado.
Ante esta amenaza, el servicio de Salud de Oaxaca respondió la solicitud casi de forma inmediata, según señalan algunos medios de comunicación nacionales, movilizando a dos médicos, dos enfermeras, además de equipo médico y sanitización.
Finalmente, luego de esta fiesta hubo 12 muertos por COVID-19, así como 14 personas hospitalizadas y 400 contagiados.
Ante esto, el secretario de Salud del estado de Oaxaca, Juan Carlos Márquez Heine, indicó que el resultado de este tipo de esta fiesta, así como de otras realizadas con motivo del fin de año, fue que las hospitalizaciones pasaron de ser 280 personas a 450 personas.
