STAFF/Eliza Flores @eliz_ffp
El 16 de marzo del 2013 de la plaza de San Agustín desapareció Pablo Sánchez López, un joven de tan solo 29 años. Esa noche Pablo había ido a divertirse con sus amigos a un bar llamado «La Taberna».
Al salir del bar fue interceptado por la policía, presuntamente fue detenido para llevarlo al área de barandillas, pero Pablo nunca llegó. A casi ocho años de su desaparición su madre Patricia lo sigue buscando. Paty como le dicen sus amigas, hoy salió a las calles a pegar alertas de búsqueda en compañía de otras tres mujeres, quienes también son buscadoras.
Estas cuatro mujeres comenzaron sus intervenciones a las diez de la mañana en el Monumento a Lázaro Cárdenas, ahí dejaron en los muros más de 50 alertas de búsqueda. Al terminar comenzaron a caminar sobre la Avenida Madero pararon en las afueras de un banco y de las oficinas del ISSSTE, para pegar otras fotocopias de las alertas en las paradas del transporte público.
Paty gritaba: «Señor, señora no sea indiferente desaparecen a nuestros hijos en la cara de la gente», mientras Jessy, Jany y Mary comienzab a prepararse para seguir caminando.
Jany y Jessy cargan un bote con resistol, brochas y más de quinientas hojas con copias de las alertas de búsqueda, son de varias personas desaparecidas; pero ellas buscan a su papá, Felipe de Jesús Anguiano Campoverde, quien desapareció el 27 de Octubre del 2019, ese día era domingo. El ingeniero salió a trabajar. Sus labores principalmente se relacionaban con huertas de aguacate.
Ese domingo nadie se percató de su ausencia, fue hasta el día lunes que sus trabajadores se empezaron a alertar, sus hijas que en aquel entonces tenían 20 y 25 años quisieron interponer una denuncia por la desaparición de su papá Felipe, sin embargo nadie las escucho.
«Fue hasta el día 6 de noviembre del año 2020 que las autoridades emitieron una alerta de búsqueda, más de un año después» comentó Jessy. Ella y su hermana tuvieron que acercarse a una institución donde atienden solo a mujeres para que alguien hiciera algo, para que alguien les diera la oportunidad de presentar una denuncia y para que la búsqueda comenzará de forma oficial. Por estas razones hoy salieron a las calles a manifestarse.
Estas hijas buscadoras han pedido a las autoridades judiciales remitan la carpeta de investigación a Morelia, para poder estar al tanto del caso de su padre, pero hasta el día de hoy no lo han logrado. La perdida de su papá las hace entender el dolor de su compañera Mary.
Mariangel Lugo usa un cubrebocas que dice ¿DÓNDE ESTÁN?, ella busca a su esposo desde hace poco menos de un año. Mary camina la vida con una playera que dice «MIENTRAS NO TE ENTIERRE TE SEGUIRÉ BUSCANDO«, con brochas y resistol pegó alertas de búsqueda con el nombre de su esposo Adrian Esquivel del Toro.
La última vez que tuvo comunicación con Adrian fue mediante una llamada telefónica. Adrian desapareció en La Barca, Jalisco, el pasado 6 de abril. Adrian viajo por cuestiones de trabajo, fue a surtir su mercancía, iba rumbo a Ocotlán, él hacia hamacas.
Mary pegó alertas de búsqueda en el totem de AMORELIA, en dónde se Lee AMOR, con mayor entusiasmo pegó el rostro de su esposo, «se mira bien bonito» dijo mientras se aleja un poco para admirar la obra que hicieron juntas. Mientras tanto una ciudadana le dice a Paty que deje de «destruir», a lo que Patricia le respondió , «a nosotros nos destruyeron la vida».
Hoy estás cuatro mujeres tienen la esperanza de que alguien les dé un pista de dónde buscar a sus seres desaparecidos, Paty, fue a San Agustín a pegar hojas con el rostro y nombre de su hijo, ahí gritó «Nunca dejaré de buscarte, porque de aquí te llevaron con vida», Patricia lloró mientras los comensales la observaban en silencio.
Mariangel, Jessy, Patricia y Jany continuarán pegando alertas hasta llegar a las Tarascas, las cuatro tienen solo un objetivo, encontrar a su familiar desaparecido.