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Un juez de Argentina ordenó a médicos a tratar con dióxido de cloro un caso de COVID-19, pese a que autoridades sanitarias de todo el mundo han descartado en diversas ocasiones la eficacia del medicamento contra la enfermedad.
De acuerdo con la agencia de noticias AFP, el paciente al que le administraron dióxido de cloro murió el lunes 11 de enero, lo que desató una polémica en Argentina sobre el papel de la justicia en la pandemia de coronavirus.
En días pasados, el juez Javier Pico Terreno otorgó un amparo al hijastro de un paciente internado en el sanatorio Otamendi y Miroli, una clínica privada de Buenos aires, para que el enfermo recibiera dióxido de cloro como tratamiento contra el COVID-19.
La administración de la clínica apeló el fallo y, al no obtener un resultado favorable, terminaron por administrar al paciente de 92 años de edad, el dióxido de cloro exigido, aclarando que lo hacían bajo protesta; posteriormente, este lunes, el abogado de la familia confirmó la muerte del abuelito.
Tanto la Sociedad Argentina de Infectología como la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica han desaconsejado en repetidas ocasiones el uso del dióxido de cloro como medida contra el coronavirus.
Sin embargo, esto no impidió que José María Lorenzo solicitara a un juez medidas cautelares para que su padrastro recibiera “en carácter urgente” nebulizaciones de ibuprofeno de sodio y dióxido de cloro intravenoso por consejo del neurocirujano del paciente.
Ante esto, el presidente de la SADI, Omar Sued, lamentó la orden del juez y consideró preocupante que desde el Poder Judicial se promueva el uso de una sustancia contra este virus sin ninguna evidencia científica.
“No es decisión de un magistrado administrar una medicación que no conoce en un paciente, no es su rol”, aseveró Sued.
