COLUMNEROSOTROS

Diario De Un Foráneo – Intercambio De Fregadazos… Digo, Regalos

Para todos aquellos a los que en el intercambio siempre les dan la bota navideña toda gacha con dulces caducados

By: Mariano Bolaños Montañez

Levanta tu manita piciosa si también te ha tocado un regalo más gacho que la cara de tu ex en algún intercambio de regalo navideño… Gracias por participar, baja tu mano.

El intercambio de regalos es una de las más bonitas costumbres que se tiene en estas épocas decembrinas; y básicamente consiste en gastar dinero y tiempo a lo menso buscando un regalo para una persona que probable no te cae bien y cuyos gustos no conoces, esperando que tu elección no le desagrade tanto y rogando a toda la corte celestial que no te den a ti un obsequio peor.

El momento de revelar a tu «amigo secreto», es igual de estresante que cuando están entregando los resultados del examen final en el que estudiaste a medias: solo queda encomendarte a la Virgencita y pedir esperanzado al universo que el resultado no sea un 5 o una taza llena de dulces caducados.

Esa espera es bien gacha… Pero a pesar de ello, todavía hay intercambios ‘harto piores’, más feos que hemorroide de mandril y que duelen más que una espinilla en el siempresucio.

Por ejemplo, dentro del ámbito académico y a lo largo de la vida universitaria, deberás cambiar la lana de tu semana, por papeleos, cuotas voluntarias que hay que pagar de ‘auevo‘, inscripciones, constancias y un jodo de cosas que no necesitas… Pero que te harán pagar por ellas.

Los pocos ahorros que lograste con el sudor de tu frente o de la de tus papás, se van a intercambiar por copias, material de laboratorio, y más gachamente, equipo de cómputo o para hacer tus prácticas en la carrera.

Vas a intercambiar tus horas ‘soñando con Ricky’ (comenta si entendiste la referencia), por horas de desvelo y estudio; vas a cambiar las chelas por café; tus desayunos balanceados por un bolillo tieso de Aurrera y una coca… Aunque cuando hay dinero te puedes dar ciertos gustos y a tu combo le agregas un mazapán, pero de los chiquitos.

Y lo anterior sólo cuando se cuentan las catafixias externas que la vida adulta nos obliga a hacer, pero cuando se trata de un intercambio interno personal de la persona de uno mismo, la situación se complica tanto, como si quisieras combatir la delincuencia en México con abrazos.

Hay estudihambres que intercambian más veces la carrera que escogen, que los calzones que se ponen en el semestre.

Otros más intensos, se van al siguiente nivel y van de escuela en escuela, como chapulín en primavera.

Pero hay un grupo odiado por la vida, tu servidor incluído, que cambiamos a cada rato el tema de tesis, y cuando creíamos que fuimos iluminados por el Señor y logramos materializar un marco teórico decente, el asesor lee nuestra letanía y termina en modo «deshonor, deshonor para toda tu familia»… Lo que obliga a hacer otro intercambio, yei.

Aún así, amiga mía, amigo mío, estos cambios son necesarios y en la mayoría de las veces, muy benéficas para el profesionista chingón en que estoy seguro, pronto te convertirás… Así que síguele intercambiando fregadazos a la vida por las pequeñas satisfacciones que te ofrece.

Y no te quejes la próxima vez que te toquen unos calcetines todos gachos en el intercambio escolar… Ya aprendiste que hay cosas peores.

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba