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¡Feliz Cumpleaños #80, Don Paricutín!

STAFF/Citlalli Barrera/@MBCCitlalli81

La tarde de hoy lunes 20 de febrero de 2023, se cumplirán 80 años de que en una parcela del extinto poblado de Paricutín, en la Meseta Tarasca, con ruidos fuertes y atemorizantes para los pobladores, comenzó a elevarse la tierra, escupiendo al mismo tiempo gases, rocas e hilillos de lava.

Un volcán estaba naciendo ante los ojos de los angustiados indígenas purépechas, quienes después de días de estar viviendo temblores y crujidos provenientes del fondo de la tierra, estaban alerta, presintiendo quizás el éxodo que pronto tendrían que emprender.

paricutin.umich.mx

Paricutín, que en purépecha significa “al otro lado de” surgió en lo que los geólogos llaman el campo volcánico Michoacán-Guanajuato, que es una parte de la faja volcánica transmexicana, la cual atraviesa nuestro país desde Nayarit hasta Veracruz. Este campo volcánico es uno de los más grandes del mundo, surcado por 1 100 – 1 200 volcanes. Nuestro querido cumpleañero pertenece a lo que los expertos llaman “volcán monogenético” que significa que hace erupción una sola vez en su vida, aunque esta erupción puede durar semanas, meses o años incluso, como fue el caso de “Parhikutini”, que estuvo activo durante 9 años.

Volcán Fagradalsfjall, Islandia. CNN

Nuestro volcán fue por 78 años, el más joven del mundo, hasta que en 2021 nacieron dos de sus hermanos monogenéticos: el volcán Fagradalsfjall en Islandia el 19 de marzo y seis meses más tarde, el 19 de septiembre, el volcán La palma, en España. La Palma tuvo actividad durante 85 días y se apagó, mientras que el volcán islandés sigue activo y turistas acuden a tomarse fotos lo mas cerca posible de los ríos de lava que surgen directo del centro de la tierra.

Volcán La Palma, España. NatGeo

Regresando al 20 de febrero de 1943, Paricutín emergió a eso de las 16:30, en la parcela de un poblador llamado Dionisio Pulido, quien años más tarde se decía dueño del volcán porque había nacido en sus terrenos. Al ver que su tierra comenzaba agrietarse y de las rendijas salían vapores, además de sentirse el suelo caliente y los ruidos no cesar ni un momento, corrió a informarle al sacerdote del pueblo de lo que ocurría. Al día siguiente, cuál no sería su sorpresa al ver que en su parcela había aparecido una montaña de unos 30 metros de alto, con un hoyo en la punta que vomitaba rocas encendidas. En una semana, la montaña ya medía 165 metros de alto y arrojaba 2700 toneladas por minuto de lava y piedras ardientes, cubriendo de cenizas y arena los suelos ubicados 35 kilómetros a la redonda, llegando las cenizas hasta la Ciudad de México.

Acervo Histórico del Instituto de Geología, UNAM

El desconocido pero apasionante evento, atrajo a tierras michoacanas a un tropel no solo de científicos que querían documentar cómo las entrañas terrestres daban a luz a la montaña humeante, también llegaron cineastas, pintores y escritores que con el filtro de su sensibilidad documentaban el alumbramiento.

De los primeros en llegar, fue Gerardo Murillo, más conocido como “Dr Atl”, el pintor y escritor jaliscience quien, movido por la pasión y admiración que sentía por la vibrante montaña viviente, había transmutado su naturaleza y sustancia humanas en una parte constituyente del eruptivo paisaje.

Llegó también José Revueltas, escritor duranguense de espíritu rebelde e indomable, quien en su profunda y emotiva “Crónica del Paricutín”, describe el sufrimiento de los indígenas purépechas, quienes perdieron sus hogares, sus pertenencias y sus tierras bajo la lava, rocas y cenizas en un evento inevitable:

“He visto los ojos de las gentes de San Juan Parangaricutiro, de Santiago, de Zacán, de Angahuan, de San Pedro y todos ellos tienen un terrible, siniestro, tristísimo color rojo, parecen como ojos de gente perseguida, o como de gente que veló durante noches interminables a un cadáver grande, espeso, material y lleno de extensión, o como de gente que ha llorado tanto, rojos, llenos de una rabia humilde, de una furia sin esperanza y sin enemigo; dicen que es por la arena, palpable y adverso elemento, que penetra por entre los párpados irritando la conjuntiva. Quien sabe, creo que nadie lo puede saber”.

Llegaron también adinerados turistas nacionales y extranjeros, con la capacidad económica suficiente para estar dispuestos a todo, con tal de estar lo más cerca posible del naciente volcán.

Incontables sentires alrededor del nacimiento del volcán; incontables historias surgidas desde la perspectiva dada por la aleatoria posición en que la vida puso a sus relatores. Lo cierto es que hoy, a 80 años de su nacimiento, el Paricutín nos sigue conmoviendo y provocando admiración, además de hacernos reflexionar sobre la vulnerabilidad del ser humano ante imponencia de la fuerza de la naturaleza.

paricutin.umich.mx
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