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Diario De Un Foráneo- Vacaciones De Las Vacaciones

Guía práctica, sencilla y gratuita para sobrellevarlas y no atrofiarte más las neuronas en el intento

By: Mariano Bolaños Montañez

Pregunta seria: ¿realmente sientes ese ambiente, ánimo y emoción que sentías hace algunos ayeres al momento de leer la palabra “vacaciones”?

Si te soy sincero, yo ño. Y es que en estos tiempos, la mayoría de las personas que estudian o se dedican a la vida académica, están en sus respectivos periodos vacacionales

Pero ya en serio, con todo este rollo de la pandemia, los cambios de hábitos, el home office y las clases en línea, ¿quién sigue teniendo noción del tiempo? Te apuesto a que este día podría parecerse fácilmente a un lunes, sábado o cualquiera que te imagines.

No me considero un experto en el tema ni especialista en la materia, pero supongo que es completamente normal, ¿verdad?, ¿VERDAD? (Grito interno de pánico). A mí en lo personal a veces ni de la hora soy consciente.

A diferencia de las últimas semanas en donde la vida entera se nos iba en levantarnos, conectarnos a las clases, comer, llorar, hacer tareas en línea, intentar medio dormir y llorar mientras lo hacemos, hoy ha llegado a nuestras vidas ese periodo que en otros tiempos era igual de anhelado que nuestro cumpleaños o que navidad: las vacaciones.

Pero oh dramático giro de los acontecimientos: jamás en la reverenda vida nos hubiéramos imaginado que tendríamos que lidiar con que a alguien se le ocurrió tragar un murciélago y eso nos condenaría a un encierro en nuestras casitas.

Supongo que el concepto de “vacaciones” para muchas personas (incluyendo a tu servilleta), es el de dormir hasta tarde y perderte en la inmensidad de las cobijas, hacer del refrigerador tu nuevo mejor amigo, usar la pijama hasta que se te quede calcada en el cuerpo, y básicamente quedarte en casa haciendo nada.

Pero a estas alturas del partido ya llevamos semanas haciendo exactamente eso; hasta cierto punto, estamos en esa etapa en que las vacaciones comienzan a hacerse tediosas y quieres regresar a ver las caras de tus compañeros, compartir el salón de clases y retomar tu ajetreada –pero chévere– rutina.

Así que nos vemos en la necesidad de pensar cómo es que vamos a tener que disfrutar a la medida de las posibilidades y a la altura de las circunstancias, pues aunque ya se comenzaron a retomar algunas actividades, espero que todavía seas consciente de que es mejor quedarse un poco más en casa y resistir (si es que en tu caso se puede), porque por unos pagamos todos al final.

Si tus neuronas cayeron en batalla ante las clases online y tu creatividad fue consumida en estas semanas de home office, no entres en pánico y apacigua tu histérica histeria: el día de hoy vamos a tratar de enlistar las cosas que podemos hacer generalmente en vacaciones, pero adaptándolas a la nueva normalidad.

* Pasar tiempo con tu familia: suena de lo más obvio, pero si te das cuenta, seguramente cada uno estuvo ocupado en sus rollos y en sus actividades, por lo que la calidad del tiempo que pasaban quizás no fue la misma.

* Hacer maratones de juegos de mesa: ¿Qué tal unas cuantas partidas de turista con apuestas? Imagina un Jenga con castigos extremos y bien manchados para quien pierda. O si eres más extremo y obviamente mayor de edad, sin duda alguna te recomiendo juntarte con los inquilinos de tu casa y disputarse unas chipiloterías hasta que el cuerpo aguante.

* Si tú catálogo de Netflix ya se agotó y te quemaste todo su contenido, tal vez pudieras optar por leer: seguramente hay shingos de libros que tienes empolvándose en tu casa, es un buen momento para revivirlos.

* Menos Ñam, y más Yin: Por qué no empezamos a trabajar por hacernos el hábito de ejercitarnos. Obvio, el chiste es divertirnos y que no sea una carga estas vacaciones, así que puedes optar por cosas que te ejerciten pero al mismo tiempo te distraigan, cómo bailar, jugar con tu mascota, hacer competencias/retos con tus rommies, etc.

* Cumple tus sueños frustados: y no me vayas a salir con que «no tienes ninguno», porque todos tenemos ilusiones y esperanzas que la vida aplastó. Si te pones las pilas, tal vez sea un buen momento de cumplirlas en la medida de lo posible, claro, si no interfiere con otras prioridades.

Ahora es tu turno, estimado amigo, estimada amiga… ¿Qué planeas hacer, cómo piensas pasar el tiempo, qué otras cosas nos faltan, cuál es tu sugerencia? Ten por seguro que más de alguno va a agradecer cualquier aporte que hagas para ayudar a pasar este tiempo.

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