STAFF/Laura Avalos-@MLAvalos23
En aquellos camiones de Paquetería Castores que fueron captados dentro del Estadio Morelos hace algunas semanas, fueron empacados diversos utensilios además de mobiliario que solía ser utilizado por los jugadores y trabajadores del extinto Monarcas Morelia.
Ahora, luego de 31 años de albergar a este equipo en el Coloso del Quinceo, los vestidores, gimnasio, áreas de masaje, oficinas, taquillas, cocinas, cancha anexa y áreas de entrenamiento, se encuentran vacías.
Dentro del comedor en el que se ofrecía los alimentos a los futbolistas, únicamente quedan aquellos mensajes motivacionales que eran leídos día tras día, en este punto, se encuentra dañado una parte del techo debido a que también se llevaron parte de la campana de cocina industrial.
“1 kg de cariño, 2 cdas. de paciencia, 3 latas de alegría, 6 paquetes de sonrisas y 10 toneladas de motivación”, se lee en una de las paredes.
Mientras tanto, lo que solían ser oficinas administrativas que albergaban al personal de éste rubro, también fueron vaciadas, incluyendo el centro de redes, dejando intacto únicamente un barco y un sillón en la oficina que era ocupada por el director.
Al caminar por la entrada al gimnasio, el olor del caucho invade el olfato y mientras se abre paso un inmenso espacio pintado de rojo con grandes espejos, se puede percibir que el material para realizar ejercicios fue mudado para ser utilizado por la nueva franquicia, Mazatlán F.C, manteniéndose en el lugar la tina de hidromasajes y dos camas para masaje.
Contiguo a este lugar, los vestidores aún mantienen el rostro de quienes alguna vez ocuparon este espacio, también se puede leer algunos mensajes motivacionales para los jugadores que enfrentaron su última liguilla durante el “Apertura 2019”.
Inclusive, quedó la alineación que el ex director técnico rojiamarillo Pablo Guede, utilizó en alguno de los encuentros en el Coloso del Quinceo, después de eso, nada quedó, ni un gancho en la zona de vestidores, ni una pesa en el gimnasio, ni una silla en las oficinas.
En la cancha desde donde se observa el cerro del Quinceo, el césped se mantiene ya que el antiguo personal se encuentra realizando labores de mantenimiento por disposición del gobierno estatal, sin embargo, en las gradas la situación es diferente, la naturaleza ya ha comenzado a brotar entre los asientos.
Y aunque mucho se dijo que “hasta el alumbrado y la pantalla se llevaron”, éstos dos objetos continúan en el lugar en el que les posicionó desde un inicio, mientras tanto, la zona de banca, la cancha y la tribuna continúan a la espera de que el esférico vuelva a rodar.
