STAFF/César Hernández-@CesarHdzNoti
Era de noche, el Centro Histórico de la ciudad de Morelia se encontraba vacío por la contingencia sanitaria del Covid-19, llega una mujer a la base de Taxis Lucero, se veía desorientada.
“¡¿Servicio de taxi?!”, exclamó una voz femenina, dirigiéndose a la joven.
De inmediato, la mirada de los trabajadores del volante que se encontraban reunidos en la Plaza Melchor Ocampo, se dirigieron a la mujer que se sentó en una de las jardineras.
Lucero, la dirigente del sitio, se acercó a ella para preguntarle qué necesitaba, y le contestó que iba a la colonia San Rafael, pero no tenía dinero, por lo que de inmediato llamó a los choferes para ver quién haría el servicio.
Le indicaron el taxi que la llevaría y le dieron la opción de irse en la parte trasera o en el asiento de adelante, escogió este último y partieron a su destino.
Me quedé sorprendido del acto y le cuestioné a Lucero qué tan recurrente era que llegaran personas así, y que si en verdad no le iba a cobrar, y respondió:
“Pasa seguido y para eso estamos, para ayudarles, más a las mujeres, porque a esta hora corren mucho riesgo”
Después me platicó muchos casos de personas que esta organización le ha tendido la mano, y resaltó que es gracias a la disposición de todos los choferes, ya que son ellos los que absorben el costo de la gasolina.