COLUMNEROS

La Cuarta Revolución… La Tormenta Perfecta

La recesión global es inminente, en el mediano plazo, una vez que la transmisión del virus se encuentre en una situación más controlada, empezaremos a hablar de despidos masivos, de empresas en bancarrota, de la desaparición de aerolíneas, de desempleo, de falta de liquidez e insolvencia de los países.

By: Manuel Ochoa

La recesión global es inminente, en el mediano plazo, una vez que la transmisión del virus se encuentre en una situación más controlada, empezaremos a hablar de despidos masivos, de empresas en bancarrota, de la desaparición de aerolíneas, de desempleo, de falta de liquidez e insolvencia de los países. El impacto económico del COVID19 será de proporciones extraordinarias.

En todas las crisis económicas del presente y pasado siglo los mercados financieros son los primeros en sufrir las repercusiones que posteriormente se trasladan a la economía real. Al principio el impacto no será visible en los reportes económicos, pero al cabo de unos meses los números serán impactantes.

Los bancos centrales han iniciado con la implementación de políticas monetarias expansivas para contrarrestar el efecto negativo. La reserva federal de Estados Unidos redujo la tasa de interés al rango de 0% – 0.25%, nivel que no se había llegado desde la crisis hipotecaria del 2008.

La inminente recesión global se suma a la desaceleración económica que ya estabas experimentando en la economía mexicana, lo lamentable es que esta fue creada por factores internos y no por un shock externo, por lo que gastamos medidas y herramientas de protección para un problema que nosotros mismos creamos.

Existe un auténtico riesgo que millones de familias pierdan sus empleos, negocios, y en consecuencia sus ingresos, esta podría ser la primer crisis económica en la historia ocasionada por el sector servicios, este último requiere la interacción humana para funcionar, y el distanciamiento social – obligatorio y voluntario – ocasionará que millones de pequeños negocios de servicios dejen de funcionar, también es altamente probable que aerolíneas, cadenas hoteleras y de cruceros entren en bancarrota, sin embargo estos tienen más probabilidad de ser salvados por los gobiernos que los primeros.

Como en las grandes recesiones, uno de los grandes problemas será el de liquidez, es decir la falta de circulación de efectivo, este problema afecta a las personas con menores ingresos que viven en lo que se coloquialmente como “al día”, ya que el ingreso diario que necesitan para subsistir se verá severamente afectado.

Necesitamos implementar acciones inmediatas que reduzcan el impacto negativo que tendrá una de las recesiones más rápidas y profundas de la historia. Una serie de estímulos e incentivos fiscales son necesarios para salvar millones de negocios que cerrarán en un mediano plazo.

Francia ya dio el primer paso al inyectar 300 mil millones de euros en su economía y más de 45 mil millones en estímulos fiscales tanto para empresas como para el ciudadano común. La última recesión del 2008 dejó una lección muy grande para la mayoría de los países, y esta es que mientras más pronto inyectes liquidez a tu economía, más rápido podrás salir de la crisis y recuperarse, una lección que al parecer alguno desconocen, no aprendieron, o se niegan a aceptar la inminente realidad.

México necesita estar preparado para la tormenta perfecta que se le avecina, una desaceleración causada por factores internos que se transformará en contracción por el shock externo del COVID, con su empresa paraestatal más importante al borde de la quiebra por la caída abrupta de los precios del petróleo y su fallida política de inversión.

La tormenta que se avecina es muy seria, no podemos esperar para actuar, en lo personal ordenemos nuestras finanzas personales, en lo colectivo exijamos al gobierno aceptar nuestra realidad y actuar en consecuencia. En una recesión, el tiempo es oro.

 

Botón volver arriba