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CinemaDude…Rebelión de los Godínez

Omar trabaja como botarga, sueña con ser influencer y tener su propia empresa; se niega a tener un trabajo de oficina y ser un godín. Sus planes cambian cuando su abuelo sufre un ataque cardiaco.

By: Héctor García Ramírez

 

Director: Carlos Morett

Omar trabaja como botarga, sueña con ser influencer y tener su propia empresa; se niega a tener un trabajo de oficina y ser un godín. Sus planes cambian cuando su abuelo sufre un ataque cardiaco. Así, nuestro protagonista se ve en la necesidad de aceptar un empleo como desarrollador de aplicaciones para celular en una empresa, para acceder a un seguro médico que permita que su abuelo reciba la atención adecuada.

La empresa está dividida en tres estratos principales: el director general, los directores de área y los godínez. El estrato más bajo de esta pirámide, obviamente es el de los godínez, a él pertenece nuestro protagonista, su interés amoroso y amigos. En el sector intermedio están los directores de área, donde se ubican Tania y Roberto, que son los villanos de la historia. En la punta de la pirámide está Braulio, fundador y director general de la empresa.

Esta comedia pretende retratar los aspectos más conocidos de la vida godín. Por cuestiones de espacio, sólo voy a hablar de dos: el trato de los jefes hacia los empleados y la ausencia de una meritocracia real.

En relación con el primer aspecto: apenas ingresa Omar a la empresa, su jefa Tania le asigna que desarrolle una aplicación en el plazo de un mes, pero le advierte que sólo debe dedicarse a ello en sus ratos libres, pues durante su jornada laboral ordinaria tiene que ocuparse de otras labores que nunca se aclaran realmente.

Tania tiene una asistente personal de nombre Maribel, quien es el interés amoroso de Omar. La jefa de Maribel le asigna una serie de tareas que claramente quedan fuera del área laboral, como llevar su ropa a la tintorería “no me importa si no duermes” le dice, mientras le indica lo que tiene que hacer. Así, el poder de los jefes sobre la vida de los empleados no se limita al horario laboral, sino que trasciende a éste -situación que han facilitado enormemente los teléfonos celulares-. Llama la atención que cuando alguien menciona lo déspota que es Tania, Maribel se limita a decir con una sonrisa que “así es ella”, una muestra de lo interiorizados y normalizados que pueden estar los abusos de los jefes y que en algunos casos, pueden ser hasta justificados por los propios trabajadores.

El otro villano es Roberto, otro déspota, quien acosa constantemente a Maribel y ningunea a Omar, y junto con Tania, le vende información a la competencia. Llama la atención que a pesar de que Tania y Roberto son asalariados, no se ven a sí mismos como godínez, sino que se perciben en un estrato diferente, al que se accede gracias al privilegio de mandar sobre la vida de otros.

Respecto a la inexistencia de la una meritocracia real, Omar obtiene su gran oportunidad dentro de la empresa gracias a una situación fortuita: tras ayudar a Braulio, director general de la empresa, durante un ataque de pánico, se le permite que presente la aplicación que está desarrollando, en una junta que está reservada para los directores de área. Si ese incidente no hubiese ocurrido, lo más probable es que Tania se hubiera adjudicado el trabajo de Omar y que éste hubiese permanecido en el anonimato estructural de la vida godín.

Pese a sus muchas fallas, secuencias innecesarias y elecciones de dirección y fotografía muy cuestionables, Rebelión de los Godínez pone atención en algunos puntos sobre los que vale la pena reflexionar acerca de la vida laboral en nuestro país, y en particular, sobre las relaciones de poder al interior de los centros de trabajo; en ese sentido, me parece que supera a Mirreyes vs Godínez, que se estrenó hace un par de años.

¡spoiler alert!

Al final de la película, obviamente los villanos son derrotados y Omar ve cumplido su sueño de formar su propia empresa ahora al lado de Maribel y un par de compinches que conoció durante su vida godín. No podíamos esperar otro final pues todos sabemos que no hay mayor aspiración para un trabajador, que lograr su independencia, ser su propio jefe, explotar, y no ser explotado.

 

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