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Seguimiento Público… La #JusticiaParaFatima inicia desde casa

Mujeres asesinadas, chavas desaparecidas, niñas muertas, jóvenes violadas: la brutalidad ha tocado el máximo, el punto de quiebre está en el que literalmente a nuestra sociedad se la está llevando la chingada.

By: Homero Lemus 

“Nos quieren pegar, pegar, y nos la van a pagar, van a pagar”. Hit me- Molotov

 

Aveces las palabras que usted está leyendo en esta columna le pueden parecer sin sentido, sin eco, sin razón, ¿por qué? porque es verdad lo que tantas veces vimos lejano o como un mito urbano: sí hay robaniñas, sí hay aquel que está viendo a nuestra hija, madre, esposa, sobrina, prima, amiga, maestra, solamente para una cosa, chingar.

El caso de la pequeña Fátima toca las fibras más sensibles de la humanidad, una niña de 7 años con un mundo de vida por delante, con una sonrisa y alegría fueron apagadas por la mano de un hombre o mujer que cualquier calificativo despectivo le queda corto.

Más allá de lo mostrado por este caso -la ineptitud de procedimientos y negligencia de autoridades- este hecho nos hace sentir vulnerables, frágiles y desprotegidos. Esto podría ocurrir en la Ciudad de México, en Guadalajara, Ciudad Juárez, Cancún, Uruapan, Tlaxcala, Acapulco o en la ciudad que usted quiera de nuestro país.

Nada ni nadie ha podido garantizar a las mujeres en nuestro país una vida libre de violencia, libre de acoso, libre de vestirse como quieran, libre de calificativos, libre de repartir culpas.

Pero, de dónde viene de todo, de dónde surge esto, desde casa. De acuerdo a datos del INEGI se estima que por cada 100 mujeres de 15 años y más que han tenido pareja o esposo, 42 de las casadas y 59 de las separadas, divorciadas y viudas han vivido situaciones de violencia emocional, económica, física o sexual durante su actual o última relación.

Ahí es donde inician esos calificativos, esas agresiones que inundan nuestra sociedad, que indignan pero de la que hemos sido cómplices silenciosos durante décadas y generaciones. Que las mujeres no deben ni pueden ser ingenieras, arquitectas, futbolistas, automovilistas, aún es parte de la triste y cruel mentalidad machista que sigue vigente en muchos núcleos familiares.

Es momento de poner un alto a la violencia, de exigirlo, de reclamarlo con ahínco, pero de iniciarlo desde nosotros y nosotras, desde la forma de expresarnos, desde el respeto al libre pensamiento, a la libertad del otro u otra y sobretodo el respeto a la vida.

Hoy por mi hija, por tu hija, por mi mamá, por tu mamá, por nuestra esposa, hermana, amiga, colega, por todas ella, es momento sí de exigir justicia, sí de pintar, sí de llenar las redes sociales, sí de visibilizar el hartazgo, pero también de actuar, de iniciar desde casa.

Twitter: @homerolemus10

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