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Reflexión dominical

Por Padre Pistolas

Cuando el ser humano no quiere reconocer sus errores y corregirlos, termina por justificarlos, en el Evangelio de hoy aparece en San Lucas ya con estilo de las crónicas griegas y Latinas: «En el año décimo quinto del Cesar Tiberio… Correspondiendo al año 29 de la era cristiana aparece Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento».

Después de 480 años de evangelización en este nuestro México Guadalupano vemos un panorama parecido al panorama de los judíos que salen caminando de Jerusalén como esclavos de los enemigos en tiempos del profeta Baruch con la esperanza de regresar como príncipes de Jerusalén.

En nuestra sociedad es tan fácil divorciarse por cualquier motivo exponiendo a los hijos al dolor, al desamor al abandono y a toda clase de complejos, en su casa, en su carro en la calle estamos expuestos a toda clase de robos, ni los presidentes y gobernadores están exentos de la extorción, secuestro y muerte, y nos inventamos toda clase de justificaciones: “todos lo hacen, a mí también me robaron, mi mujer o marido tuvo la culpa no tengo que comer, me obligaron”, etc. Necesitamos sembrar, llorando para cosechar cantando, todos tenemos culpa y todos tenemos que esforzarnos en cumplir nuestras responsabilidades.

-El que roba, por ejemplo, un estéreo, un carro, un caballo se rebaja cambiando su dignidad y autoestima a un valor menor que el estéreo o el caballo y empezando un vicio de los peores y más frecuentes, a mi ni los calcetines de mis hermanos me permitían ponerme y hoy soy de los pocos que nada me puedo robar.

-En un mundo de mentirosos aunque sean mentiras piadosas cuento con la confianza de muchos amigos aunque a veces hablar o callar me ha costado dolor y sangre.

-La generosidad de dar todo lo material para construir pueblos me ha costado angustias y demandas judiciales por atravesar caminos y levantar templos, escuelas, centros de salud etc. Siempre con deudas, siempre en la cuerda floja con la tentación de detenerme por faltar el dinero, sentirme solo por falta de apoyo de superiores y compañeros, todos los santos y hombres notables que han hecho grandes hazañas, como templos, instituciones, resguardar el seminario en tiempos de persecución religiosa etc. Todos contaron con amigos a muerte, los pocos que he tenido han fallecido, los extraño, muchas veces me siento solo ante esta misión tan difícil de transformar esta generación perversa y le pido a Dios encontrar ese y esa amiga. Dios los bendiga.

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