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¡Ahora Resulta! Mauricio Clark Pide Respeto Y No Juzgar A La Comunidad LGBTI

Tras la polémica generada por la postura de Mauricio Clark acerca de la comunidad LGBTI+, el ex conductor de Televisa pidió que se deje de juzgar a la comunidad.

STAFF/@michangoonga

Querida mamá, querido papá, si tienes un hijo, hermano o bien, algún pariente homosexual, no lo juzgues ni señales; mucho menos lo intentes cambiar, pues se trata de su vida, no de la tuya. Te invito a que, con amor, lo acompañes, lo respetes, siempre le hables de Dios y sobre todo, ora mucho por su conversión”.

El conductor confesó a través de su Instagram que cada persona tiene su tiempo y relató que sintió su madre cuando Clark le dijo que era gay a los 17 años:

Eso hizo mi mamá cuando salí del clóset a los 17 años. Ella luchó a mi lado, se pintó incluso de colores. Eso sí, me hizo ver y saber que ella no estaba de acuerdo conmigo y me habló de las consecuencias, pero me permitió experimentar por mí mismo. Recuerda que nadie experimenta en cabeza ajena y que todos somos únicos e irrepetibles”.

Luego, el ex conductor de Televisa confesó que en 2017 quiso “arreglar su vida” y alejarse de los excesos del alcohol y las drogas para comenzar con su “conversión”. Confesó que cuando su madre se enteró, lloró de felicidad.

Bienvenido a casa, sabía que algún día regresarías”. (Tal y como la parábola del hijo pródigo). ¿Qué hizo ella sin que yo, jamás me haya dado cuenta?”.

Clark aseguró en su post de Instagram que durante los años que se identificó como homosexual, su madre sufrió mucho:

Durante 20 años la vieron sola, llorando y orando por mí y por mi conversión, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz, ubicada en La Alteña 1, Lomas Verdes, Estado de México. “Curiosamente” ahí me bautizaron en 1980 y “curiosamente” ahí he vivido gran parte de mi conversión, misma en la que sigo”.

 

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Querida mamá, querido papá, si tienes un hijo, hermano o bien, algún pariente homosexual, no lo juzgues ni señales; mucho menos lo intentes cambiar, pues se trata de su vida, no de la tuya. Te invito a que con amor, lo acompañes, lo respetes, siempre le hables de Dios y sobre todo, ora mucho por su conversión. Eso hizo mi mamá cuando salí del clóset a los 17 años. Ella luchó a mi lado, se pintó incluso de colores. Eso si, me hizo ver y saber que ella no estaba de acuerdo conmigo y me habló de las consecuencias, pero me permitió experimentar por mí mismo. Recuerda que nadie experimenta en cabeza ajena y que todos somos únicos e irrepetibles. Hace 2 años cuando le dije que me estaba dando cuenta que había caído en las trampas y que no era homosexual, sonrió con una lágrima en la mejilla y me dijo: «Bienvenido a casa, sabia que algún día regresarías». (Tal y como la parábola del hijo pródigo). ¿Qué hizo ella sin que yo, jamás me haya dado cuenta? Durante 20 años la vieron sola, llorando y orando por mí y por mi conversión, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz, ubicada en La Alteña 1, Lomas Verdes, Estado de México. «Curiosamente» ahí me bautizaron en 1980 y «curiosamente» ahí he vivido gran parte de mi conversión, misma en la que sigo. Recuerda que los tiempos de Dios nada tienen que ver con los nuestros. Insisto. El homosexual no nace, se hace. Si en algo puedo servirte o ayudarte, cuenta conmigo de corazón. Dios los bendiga hoy y siempre.

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Y para rematar, Clark aseguró que la homosexualidad es algo curable y que se encuentra abierto para cualquier persona que desee buscar ayuda.

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