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Más Que Una Corona… Los Concursos Empoderan

Desde hace días el tema de los certámenes de belleza ha estado en el ojo del huracán luego de la iniciativa presentada en la Cámara de Diputados por la Comisión de Igualdad de Género en la que se argumenta que estos concursos “exhiben el cuerpo de la mujer como objeto y fomentan la violencia simbólica”.

By: Milena Suástegui

Desde hace días el tema de los certámenes de belleza ha estado en el ojo del huracán luego de la iniciativa presentada en la Cámara de Diputados por la Comisión de Igualdad de Género en la que se argumenta que estos concursos “exhiben el cuerpo de la mujer como objeto y fomentan la violencia simbólica”.

Por lo que esta semana decidí tomar el tema ya que hace algunos años yo fui participante de algunos certámenes como Miss Teen Earth Michoacán, Miss Teen Universe Michoacán, Miss Earth Morelia, Miss Earth Michoacán, Miss Petite Model México y Mexicana Universal Michoacán.

Sostuve los títulos de Miss Teen Earth La Huacana 2016, Miss Teen Universe La Huacana 2016, Miss Petite Model Michoacán 2017 y Mexicana Universal Morelia 2018 y en ningún momento sentí que mi cuerpo fuera exhibido para verme como un objeto, ni me sentí violentada jamás.

La diputada que propuso la iniciativa y muchas personas más (aunque no hayan estado involucrados en un certamen de belleza nunca en su vida) sostienen que estos concursos cosifican a la mujer y que las participantes muestran poca inteligencia, al preferir lucir sus cuerpos antes que sus ideas.

Yo personalmente me encuentro en contra de esa postura, ya que he sido testigo de que los certámenes ahora no solo buscan una cara bonita o un buen cuerpo, sino una mujer integral que pueda realizar proyectos sociales o ecológicos y que represente a su municipio, estado o país con una belleza integral.

Considero que los criterios que definen la inteligencia deben de expandirse, porque he escuchado miles de veces que cuando la sociedad ve a una mujer bonita inmediatamente se le cataloga como que está “hueca” y ahí vemos que el verdadero problema son los certámenes de belleza, sino que la sociedad en general es la primera en atacar.

Quizá muchos no sepan, pero una mujer que participa en un certamen de belleza emplea una gran carga intelectual, una ardua disciplina, conocimiento en relaciones públicas y culturales, además de oratoria, pasarela y cuidados nutricionales.

Y actualmente se trabaja por erradicar los estereotipos de “las mujeres perfectas” o “medidas perfectas” y eso se puede notar desde la organización más importante en la plataforma de certámenes como lo es Miss Universo, que ya cuenta con participantes de talla grande, indígenas y mujeres transgénero.

Estas plataformas nos ayudan a las mujeres a alzar la voz, a ser más visibles los problemas en los que debemos trabajar más para erradicarlos, a buscar cómo podemos ayudar a nuestro municipio, estado o país.

Y un ejemplo de ello es el certamen de Miss Perú 2018, en el que al momento del opening las 23 participantes aprovecharon su presentación para alzar la voz por la violencia en contra de la mujer en aquel país:

“Mi nombre es Camila Canicoba y represento al departamento de Lima”, dijo con un vestido dorado la candidata a la corona de Miss Perú. Hasta ese momento todo iba conforme a lo esperado por la audiencia, que a continuación escuchó: “Mis medidas son dos mil 202 casos por feminicidios reportados en los últimos nueve años en mi país”.

Las reinas de belleza tienen una gran responsabilidad social y es por eso que ahora en los certámenes se comparten hábitos para que la juventud lleve una vida sana, también algunos tips de ejercicios y muchas otras cosas más.

Algunas participantes han llevado a cabo proyectos que ayuden a las personas con desnutrición, obesidad, así como ecológicos que apoyen al medio ambiente y muchos más, que fomentan la lucha en contra de la violencia de género.

Los certámenes empoderan y un claro ejemplo de ello son todas aquellas participantes que después de su paso por los concursos, ahora son empresarias, conferencistas, modelos, actrices, cantantes, reporteras y funcionarias públicas, gracias a que lograron desarrollar sus aptitudes.

Sin embargo, hay personas que por el hecho de haber participado o defender los certámenes de belleza comienzan a atacar sin motivo y sin razón a las mujeres que concursaron, simplemente por que creen que somos “un molde bonito” y no tenemos capacidades para tener logros profesionales o “no son por nuestros méritos”.

Este fue mi caso, hace días publiqué un poco de mi postura ante el tema en mi página de Facebook y de inmediato dos señoras y un chavo comenzaron a atacarme al asegurar que los concursos son “superficiales y banales”, y pusieron en duda mis trabajos en medios de comunicación, mi emprendimiento, carreras técnicas, licenciatura y maestría con el argumento de que “no son méritos propios” sino por «un molde bonito».

Incluso una señora me dijo textualmente “¿Por el hecho de ser bonita quieres que se te abran todas las puertas? Hay algo que se llama trabajar y estudiar”, a lo que yo no contesté nada porque siempre he tenido presente la siguiente frase:

“Sé amable con las personas alteradas y entiende que están librando su propia batalla. Pero asegúrate de no ser tú, el lugar en el que descargan toda su basura. Tú no eres un basurero”.

Después de analizar los ataques por ese tipo de personas, me puse a pensar que el problema no es que las mujeres queramos alzar la voz o lograr nuestros sueños, sino que la sociedad siempre ataca por atacar y hay personas que están más preocupadas por la vida de los demás que por la propia.

Por otro lado, quiero resaltar que los certámenes de belleza generan una impactante cantidad de empleos y derrama económica importante, ya que están involucrados diseñadores de moda, maquillistas, fotógrafos, oradores, organizadores, coordinadores municipales, estatales y nacionales.

Los certámenes son actividades del medio del espectáculo, tales como la música, cine, teatro o futbol, muchas personas sueñan con ser parte de y no se les debe de criticar. El derecho al libre desarrollo de la personalidad debe proteger la libertad de elección de las metas humanas.

En lo personal me duele que parezca que ahora surgen nuevos estereotipos y que a la mujer fuerte, empoderada e independiente se piense que no tiene por qué gustarle lo femenino ni le importe su físico.

Considero que cada persona tiene un proyecto de vida totalmente diferente y tenemos derecho a seguirlo mientras no esté en contra de las leyes, porque al final de cuenta es lo que nos hace feliz.

Actualmente he visto muchos casos de personas que se dicen defender a capa y espada la libertad, pero atacan sin piedad a quienes piensan distinto a ellos.

Para mí, el empoderamiento se basa en las mujeres que se esfuerzan por lograr sus propias metas que ellas mismas decidan, así es que, si su meta es ser emprendedoras, tener una licenciatura, una maestría, ser madres de familia, participar en un certamen o cualquier otra, tienen todo el derecho de seguirla.

“No podemos ser las voces de México legislando desde la ignorancia y fobias sin antes respetar, informarse y escuchar. La lucha por nuestros derechos no debe imponer reglas de comportamiento sino promover la libertad de que cada una tome sus decisiones sin ser juzgada”.

-Geraldine Ponce, Diputada Federal y Exreina de Belleza

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