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Edi, La Editorial…Texcoco is the shit

“Con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver cómo se hacen”.
Otto Von Bismarck

En el diccionario castellano fifí significa hombre presumido y que se ocupa de seguir las modas; pero suponemos que por extensión también habla de mujeres pretenciosas y superficiales, así se vieron en twitter.

Pues bien, esa palabra que ha puesto el  presidente electo Andrés Manuel López Obrador en la boca de todos, ha resignificado la forma clasista de relacionarnos y sobre todo de entender la democracia; ya no sólo ha dejado ver la discriminación grave traducida en deseos irrefrenables de que todo aquel extranjero pobre salga del país; sino que también el mexicano pobre les estorbó, y han exhibido su versión más clasista en la denominada marcha fifí, aunque el nombre chido es “Marcha por la Democracia Legítima”.

En fin,  el artículo noveno Constitucional ahí está, no se raja y desde 1917 otorga el derecho de reunirse libremente y de asociarse bajo premisas concretas. La marcha fue organizada por defensores de la construcción del Nuevo Aeropuerto de México (NAIM) en el municipio de Texcoco, cercano a la capital, que será cancelada por el presidente electo cuando tome posesión, luego de una consulta realizada a finales de Octubre, donde los participantes, según dijeron, decidieron que el nuevo aeropuerto se trasladara a La Base Aérea de Santa Lucía ubicada al sureste del municipio de Zumpango, en el Estado de México;  en terrenos que anteriormente eran ocupados por el Lago de Xaltocan.

“Fifí, marchando, también te estás bronceando”, “La mafia, unida, jamás será vencida”,  “El que no brinque es pueblo”, “Esos son, esos son, los que arruinan mi mansión” y “Andrés, entiende, queremos un gerente”, fueron las consignas que las redes sociales rescataron de la marcha en la que los fifís demostraron mejores modales, o al menos eso quisieron dejar ver en la red, inmersos en sus consignas megalómanas en la mayoría de los casos, porque no destrozaron ningún OXXO ni Starbucks en su paso, lo que sí es que la indignación no les dio tanta energía y a falta de tortas y frutsis, se cansaron antes de llegar al zócalo.

Se sabe que gran parte de la evolución de la humanidad se debe a que teniendo derecho o no, siempre protestamos, pero se estaba atacando a la persona y no a su argumento en esta marcha. Los que protestaron no desprecian la idea de las consultas (o al menos eso entendimos), desprecian a Andrés Manuel por lo que les representa; quieren que este gobierno que no ha empezado aún, fracase sólo para tener la razón, pero lo interesante es que los ha puesto a participar activamente; y aquí la invitación, aprovechando la coyuntura: Lean, todos, que no hay nada más democrático que la ignorancia.

Para que empiecen a hablar de democracia con argumentos les recomendamos a Aristóteles —más severo aún que Platón— “la democracia es una forma política completamente defectuosa; en su  Ética a Nicomaco, afirma que «la democracia es la menos mala de las desviaciones, porque se desvía poco de la forma de la república”. Ya en la Política, la considera inicialmente como la perversión «más moderada»; pero más adelante manifiesta que, entre los regímenes oligárquicos (los ricos al poder) y democráticos, «forzosamente será mejor el que más se aproxime a éste”.

Ahora que vimos cuánto les preocupó a los fifís que la gente pobre esté opinando y que se le tome en cuenta a pesar de toda su ignorancia, pensamos: “¿por qué no educamos a la gente para que sepa decidir?”, si su inquietud es legítima, en lugar de renunciar al derecho a decidir, ¿por qué no informamos y educamos a los pobres? Pero luego nos respondemos: “porque son muchos, son la mayoría y son un negociazo para la clase política”.

Dejando de lado las fallas que pudo tener en sí misma la consulta convocada para otra editorial,  según el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) el tamaño de la pobreza en México aumentó en los últimos ocho años dándonos “nada más” 4 millones de nuevos pobres, así que en total tenemos como 60 millones de pobres; y esto según cifras oficiales, las que seguro están maquilladas y completamente divorciadas de la realidad, pero así es uno.

El mexicano promedio ya no cree ni en los santos reyes, tiene pobreza alimentaria, qué va a estar pensando en Aristóteles, le han mentido tanto y lo han mancillado tanto que su síndrome de Estocolmo sólo le da para defender sus escasos privilegios, aunque se esté en un grado vergonzoso de pobreza. Y digo vergonzoso, no porque ser pobre avergüence, sino porque en un país tan mal administrado como el nuestro, la pobreza es motivo de vergüenza tanto como la riqueza; pero nada, que la Constitución también cobija a quienes, teniendo razón o no, decidieron manifestarse este domingo en contra de las Consultas del presidente electo, ¿para evitar su autoritarismo?… lanzando una convocatoria por redes sociales a la que algunos respondieron pensando que era una broma y otros tantos, que se apuntaron compartiendo la indignación con la clase privilegiada que se niega a que le consulten las decisiones gubernamentales al vulgo común y corriente; ese que ni lee, ni tiene inversiones en la bolsa de valores; aunque eso de no leer se lo disculpan porque ya vieron que no está tan fácil escribir consignas en las cartulinas sin faltas de ortografía.

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