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Peña y los revoltosos

Por Paul Alcántar

Normalmente el espíritu revolucionario en las juventudes universitarias resulta indispensable para expresar la inconformidad ante muchos aspectos sociales, y más cuando se trata de afrontar a políticos polémicos. Copetines Peña Nieto sabía que ir a la Ibero le generaría la gota gorda ante la posibilidad de que algunos inconsiderados alumnos le pudieran hacer una que otra pregunta incómoda; pero bastó con pisar el campus de Santa Fe para que los abucheos no se hicieran esperar.

Llegó al auditorio donde sería el encuentro con los universitarios y ante cientos de ellos expuso la justificación de su candidatura, como lo hemos visto en otros espacios, y enfrentó cara a cara los argumentos de los anfitriones sobre temas tan sensibles que no han cerrado del todo como el caso Atenco y los múltiples casos de violaciones a los derechos humanos de sus habitantes en 2006 cuando el ahora candidato priísta era gobernador del Estado de México.

Preguntas incómodas sobre su relación política y personal que mantiene con Arturo Montiel, la deuda que dejó Humberto Moreira a Coahuila, los vínculos que tiene con Salinas de Gortari y Elba Esther Gordillo, su ignorancia ante situaciones que son de cultura general, vaya, se le preguntó lo que muchos quisieran aclarar con quien probablemente llegue a ser presidente del país.

Pero las respuestas no fueron las esperadas y sus justificaciones no generaron más que cierta indignación y molestia, lo que provocó lo que ya conocemos: un candidato que salió por la puerta trasera para proteger aparentemente su integridad.

Me dio gusto que Peña Nieto hubiera tenido la valentía de ir a una universidad con un criterio intelectual tan alto como lo tiene esta universidad jesuita. Qué bueno que los estudiantes enfrentaron al político con solidez argumentativa. Fue excelente que las autoridades de la Ibero no limitaran las muestras de expresión de esos estudiantes que estaban inconformes, inclusive, de la visita del candidato.

No hay nada de qué escandalizarse. Lo que sucedió el viernes con Peña Nieto es muestra de la inquietud que muchos tenemos por conocer lo que realmente el señor quiere para nuestro país. Fue una movida de petate necesaria para la opinión pública que estaba un tanto resignada de que en esta campaña no iba a pasar nada, que sería solo un mero trámite para que el de Atlacomulco llegue al poder sin pena ni gloria.

Y resultó que no. Qué buen ejemplo nos dieron esos estudiantes. Dudo que el señor regrese a otra universidad.

Chapulines

1.-  Y mientras pasaba el escándalo Pedro Joaquín Coldwell, ex gobernador priista de Quintana Roo, exigía a las autoridades de la Ibero que investigaran quiénes fueron esos revoltosos que pusieron en aprieto al copete más famoso de México. No cabe duda que su ADN político no se les quitará.

2.- Los cierres de carreteras en algunos puntos de Michoacán ante el problema estudiantil que despertó enconos desde finales de abril con Fausto Vallejo, despierta la sospecha sobre la efectividad de Jesús Reyna como un mediador que tenga la capacidad política para arreglar estos conflictos y no dejarlos crecer más para justificar una fuerza real del Estado; ¿o lo hacen con esa justificación?

3.- España y sus jóvenes. A un año de los indignados y las cosas no cambian en aquél país, sino todo lo contrario: la deuda pública, la crisis financiera y los recortes a programas sociales harán de este país ibérico una amenaza real para la economía europea. Ya dicen que será como en Grecia.

Twitter: @paulalcantar

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