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#Morelia Guadalupano Y Aficionado De Monarcas: Así Es El Presunto Violador Asesino De Valentina

STAFF/ O. Melissa García – @OmaidaMelissa / Elly Castillo – @ellycastillo

Si uno observa las fotos que Diego Armando Valadés Jaramillo compartía en sus redes sociales, parece un chavo normal, por lo regular alegre, pensaría uno según la sonrisa con la que posaba, sobre todo en las selfies que gustaba tomarse, delgado, ojos color miel, a veces con barba, a veces rasurado, eso sí, siempre mostrando distintos looks. A veces presumiendo su tatuaje en un brazo con el nombre «Victoria».

Aficionado de Monarcas, practicante asiduo de fútbol jugando en un equipo de barrio, fiel guadalupano de visita en La Basílica, incluso podría pensarse que es un “hijo de familia” por sus imágenes acompañado de su papá, pero sobre todo, por las que se tomó antes de trastornar y cambiar la vida para siempre, de muchas personas, empezando por la de la pequeña Valentina, su hijastra de 4 años, a quien aprovechando que estaba bajo su cuidado, violó de manera brutal, horrenda, hasta ocasionarle diversas contusiones y daños internos que terminaron por quitarle la existencia a la menor tras un mes de agonía en hospital.

Diego Armando cautivó a Brenda, joven madre soltera cuyo error fue enamorarse -y creer- en las palabras y promesas de, quien tenía 27 años cuando se conocieron trabajando en un Oxxo ubicado en una de las colonias del oriente de Morelia.

Al principio todo fue miel sobre hojuelas. Después de coqueteos y escarceos, Diego logró que Brenda se enamorará perdidamente de él,y que además, esta le introdujera a su casa para presentarle e introducirlo ante Valentina como el “hombre de la casa” que sobre todo, más allá de aportar para los gastos y compartir una vida, estaría allí para cuidarlas y protegerlas. A ambas. Las fotos que la nueva familia se formaba así lo parecía. Pero nada más alejado.

Una vez viviendo los tres bajo el mismo techo comenzó un infierno que fue creciendo. Brenda comenzó a descubrir varios secretos de su pareja: Había cursado nada más hasta la secundaría pero para obtener empleos en empresas que requieren mínimo la preparatoria, contaba con documentos falsos que le permitían aprobar el requisito de los empleadores.    

Muchos trabajos pero poca estabilidad la de Diego Armando. De chofer, de repartidor, de empleado de mostrador, hasta que llego al Oxxo donde conoció a la madre de su víctima. La conquistó y la empezó a frecuentar hasta envolverla en promesas de una vida mejor.

Los maltratos comenzaron casi enseguida de que él se mudó a la casa que ellas rentaban. Luego las amenazas: “Si dices algo nadie te creerá porque tengo palancas” advertía, en referencia a las influencias de su tío, Guillermo Jaramillo Tejeda, quien presume ser colaborador del gobierno del Estado a través del Taller de Pelucas Oncológicas con que cuenta el Albergue del Hospital Infantil de Morelia.

El “¡no me van a poder hacer nada!” iba acompañado de “algo más grave te puede pasar”, pero Brenda nunca imaginó que lo más grave no le pasaría directamente a ella sino a su hija.

El Diablo es cínico 

Todo ocurrió la tarde del martes 26 de junio pasado, hace dos meses y tres días. Brenda se encontraba trabajando cuando recibió una llamada de la hermana de Diego Armando, mientras  se encontraba en su segundo día de trabajo en un Oxxo.

La familia requería el dinero. Ambos se encontraban desempleados. Diego Armando cumplia de hecho dos semanas sin actividad laboral.

En aquella trágica llamada a Brenda le dijeron que su hija estaba internada en una clínica de  Nueva Aldea,colonia ubicada en la periferia oriente de la capital michoacana.

La madre apurada se salió de su trabajo para acudir de inmediato a ver a su hija Valentina, encontrándose con la terrible noticia de que la pequeña, una niña dulce y tranquila, estaba postrada en una cama de hospital.

El diagnóstico que le dieron a Brenda la derrumbó: Valentina presentaba fractura de pelvis -producto de la violación por el recto-, hígado lacerado, hemorragia en el estómago, tres contusiones en cráneo y múltiples golpes en el cuerpo.

A la llegada de su progenitora a su lado, Valentina alcanzó a escuchar su voz, acto seguido en respuesta se quejó débilmente, cayó  en coma y nunca despertó. Así lo cuenta una tía de Valentina, hermana de Brenda:

“Brenda nos comunicó a la familia que estaban en el hospital, después de ingresarla el reporte médico fue devastador pues nos notificaron parte de las lesiones tan graves de nuestra Valentina tenía muerte cerebral pero su corazón seguía latiendo.

Una de las tías de Valentina estalló en cólera contra Diego pues él la tenía bajo su cuidado en ese momento, comenzó a cuestionarlo y acusarlo fuertemente sobre lo que le había hecho a la niña pues el muy cínico estaba ahí a sabiendas de lo que le había hecho.

Diego se le fue a los golpes y el papá de ella se metió a defenderla, se armó tal zafarrancho que la policía se lo llevó detenido por riña, mientras que lo trasladaron a él a los separos, los médicos nos informaron que Valentina no solo fue agredida físicamente con golpes sino que también fue violada brutalmente por el recto y al hacerlo le fracturó la pelvis.

Nuestro dolor creció al igual que la ira, nos fuimos con las autoridades para denunciar ya que el hospital no dio parte al Ministerio Público ni a la Procuraduría de los niños ni a ninguna otra autoridad sabiendo el diagnóstico de Valentina, no lo hicieron ni por las lesiones ni por la violación. Íbamos confiados al MP que se haría justicia pues Diego ya estaba detenido, pero nuestra sorpresa fue que ya lo habían liberado”, concluye el relato.

El Infierno de Valentina


La clínica a donde el victimario, su padrastro,  la llevó, no contaba con los aparatos necesarios para determinar el daño cerebral de la niña, por lo que Brenda junto con -el cínico- de Diego Armando, la trasladaron al Hospital Infantil de Morelia, donde, en la sala de terapia intensiva se dieron cuenta que la versión de Diego sobre una supuesta caída en el baño no coincidió con la gravedad del daño que la pequeña presentaba.

El agresor aseguraba que mientras se bañaba la niña se cayó. Incluso la hermana y la madre de Diego apoyaron su versión.

Sin embargo la mirada perdida del presunto agresor y el profundo desinterés por el estado de la menor levantaron la sospecha de la familia, algo que se corroboró con el segundo reporte médico: Valentina tenía muerte cerebral. Tanto la fractura de la pelvis como la hemorragia interna fueron a causa de una violación rectal. Además la niña presentaba también mordidas en la entrepierna.

La madre de Diego Armando, acusada de encubrirlo

Un familiar cercano a la madre comparte: “Brenda estaba en shock. Cuando esto se supo, le llamaron a la trabajadora social para pedir que el Ministerio Público fuera al hospital, pero los peritos nunca llegaron“.

Luego de que el resto de la familia se enteró del nivel de las lesiones que tenía la niña, reclamaron a Diego quien tras una discusión, el hombre fue llevado en  una patrulla ante las autoridades por alterar el orden.

La hermana de Diego Armando, acusada de encubrirlo

Fue entonces que el 27 de junio, ante el Ministerio Público de la Unidad de Atención Temprana de la Fiscalía Especial para la Atención del Delito de Violencia Familiar y de Género de Morelia, Brenda inició la averiguación 17632/ UATP/MOR/ 2018, tras una espera de 12 horas y mientras Valentina agonizaba sola en el hospital.

Sin embargo en los momentos en que Brenda declaraba acerca del constante abuso físico y psicológico que Diego ejerció durante seis meses contra madre e hija, el presunto agresor fue liberado. Fue así que la burocracia de la Fiscalía no sólo le arrebató a la niña las últimas horas de vida en compañía de su madre, sino también la justicia por feminicidio.

¡Justicia para Valentina!

Tras una larga agonía  Valentina murió hace un mes, el 29 de julio y a dos meses del hecho el culpable está libre.

Esta mañana en punto de las 10 am la familia realizó una marcha desde el Mercado Independencia hasta Palacio Gobierno de Michoacán, para exigir al gobernador Silvano Aureoles que atienda el caso y las peticiones de justicia de la familia.  “Queremos justicia porque Valentina no merecía esa muerte y no descansaremos hasta obtenerla”.

El gobernador de Michoacán se ha comprometido vía Twitter a resolver el caso y no dejarlo en la impunidad.

Mientras tanto, Victoria, quien no debió de morir, aguarda justicia.

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