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Fue simplemente apoteótico el funeral del padre Miguel Gerardo Flores Hernández; miles de personas de diferentes partes llegaron para darle el último adiós y acompañarlo al panteón, su última morada, de esta población donde sirvió a la feligresía por 19 años. Todos lo recuerdan con cariño y le lloran.
Como cada sábado, acudía a la población de Matanguarán para oficiar misa; el sábado 18 del presente mes, fue la última vez, en esta ocasión ya no regresó, días después sería encontrado sin vida en Nueva Italia, municipio de Múgica y la tarde del domingo sepultado, luego de una misa de cuerpo presente en el albergue Nazaret.
Clérigos, religiosas, familiares y cientos, miles de personas de varias partes, se dieron cita a la misa de cuerpo presente y luego lo acompañaron al panteón del lugar; cánticos y bandas de música se escuchaban en torno al funeral.
Habitantes del lugar como Eduardo Ruiz y Delfina Tajimaroa, dieron testimonio de las obras materiales como la remodelación de la iglesia del siglo XVII para las festividades de Santa Catarina, de la fundación del albergue Nazaret desde 2011, y de la ayuda moral y espiritual a los feligreses, a su rebaño.
Todos los entrevistados condenaron el asesinato de su guía espiritual, pero también todos lo recuerdan como un buen guía, una Buena persona que ayudó al pueblo; en el albergue para encauzar a los jóvenes al estudio y al trabajo, para hacerlos hombres de bien.
Miguel Ángel Aguilar, director del mencionado albergue Nazaret, lo recuerda como su maestro, con quien inició esta gran obra donde se atiende a jóvenes de la región, desde el año de 2011.
