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#Chiapas Grupo Ligado A “Los Zetas” Abusa De Mujeres Indígenas Para Distribuir “Etnoporno”

STAFF/@michangoonga

En vídeos difundidos por un grupo conocido como “Chamula Power”, quienes se dedican a distintos negocios ilícitos, desde venta de droga con permiso de “Los Zetas”, hasta piratería y producción de vídeos para adultos, en los cuales exhiben como abusan sexualmente de mujeres indígenas de Chiapas.

Martha Figueroa, activista feminista con un amplio reconocimiento en Chiapas por impulsar la Alerta de Género en su estado, se dio cuenta, hace cuatro años, que en el mercado de su municipio, el turístico San Cristóbal de las Casas, se vendían DVD con llamativos títulos escritos a mano sobre carátulas blancas: «Indias calientes», «Indias en el monte», «Chamula XXX» y más.

Al ver el contenido, Figueroa se sorprendió al encontrar a mujeres tzotziles y tzetzales adolescentes, jóvenes, señoras y hasta mujeres de la tercera edad protagonizando videos caseros de todo tipo.

En estos vídeos se observan relaciones sexuales consensuadas entre parejas adultas y algunas donde el comportamiento de los protagonistas insinuaba un servicio sexual, pero también hay segmentos oscuros con adolescentes ebrias y violadas, y mujeres grabadas con cámara escondida y cuya identidad se difundía sin su consentimiento.

La activista menciona que «Por los títulos y la vestimenta de las mujeres, es obvio que se trata de indígenas de los municipios más pobres de Chiapas: Chamula, Zinacantán, Chiapa de Corzo. Y el hecho de que los discos se vendan en San Cristóbal, donde hay una gran población extranjera y con dinero, te da a pensar que se trata de un mercado sexual donde las más vulnerables son carne de cañón para los más ricos del estado.”

Patricia Chandomí, académica de la Universidad Autónoma de Chiapas y especialista en violencia de género, estos videos tienen un nombre: «etnoporno». El «etno» viene de la palabra «etnia», pues sus consumidores tienen una especial fijación por las poblaciones indígenas.

En muchos casos, señala, «los que compran este tipo de pornografía lo hacen porque les causa fascinación o morbo una persona indígena. Quieren ver cómo tienen relaciones sexuales, cómo son sexualmente. O, en los casos más extremos, quieren ver cómo se ejerce la dominación a un grupo de por sí ya oprimido históricamente».

Además, este grupo llamado «Chamula Power», incluso se graban en la calle con turistas que acosan a niñas por la vía pública y se convierten en pornografía infantil.

«‘Disfrutar’ de estos videos puede tener una consecuencia grave, pues las leyes de México establecen que quien grabe a menores de edad en actos sexuales o a personas mayores de 18 años, pero sin su consentimiento, estaría incurriendo en el delito de trata de personas en su modalidad de producción de pornografía. Y quien compre esos videos también sería culpable por el delito de posesión de pornografía infantil. En cualquier caso, vendedor y cliente estarían frente a una sentencia que rondaría los 20 años en prisión», señala.

La venta del «etnoporno» no ha traído sólo consecuencias negativas, ya que distintos colectivos a favor de las mujeres han comenzado a usar el material de los pedófilos en su contra, ubicando a las mujeres que participaron en esos videos para corroborar que tengan más de 18 años o si consintieron la grabación. En caso contrario, inician una defensa legal para ellas, como sucedió con el caso una niña de ocho años.

Se refiere la existencia de un video que tenía como portada a una niña que vendía artesanías en San Cristóbal de las Casas y tenía de espaldas la catedral. La niña tendría 10 años, pero parecía de ocho.

«Ahora, nosotras, las organizaciones, estamos buscándola. Estamos yendo por las víctimas para ayudarlas», relató Figueroa.

Ante esta tarea se han sumado otras organizaciones no gubernamentales que hoy están haciendo un frente común a favor de las víctimas del «etnoporno», al que muchas veces se llega por la falta de empleo, oportunidades y solvencia económica.

Relatan que en uno de los vídeos, se observa como a una joven que no supera ni los 15 años, se encuentra en un cuarto semidesnuda, y forcejeando con un hombre que quiere darle más alcohol a lo que la joven se niega, en determinado momento se ve su cara un rostro aniñado y como ella lucha por no dejarse ver desnuda.

 

 

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