STAFF/Alejandro Amado
Por una visión distinta respecto a las adicciones se pronunciaron integrantes de la organización Estudiantes por una Política Sensata de Drogas (EPSD), quienes defienden que antes que tener una política de drogas prohibitiva, debería informarse sobre las consecuencias del consumo de estupefacientes.
Enfatizó que no existen parámetros científicos para sustentar políticas que prohíben unas sustancias como puede ser el alcohol o el tabaco, pero censuran otras que en un momento fueron utilizadas incluso con fines militares, como la metanfetamina.
Minimizar riesgos y daños asociados al consumo de drogas, en lugar de ignorarlos y perseguirlos es la premisa con la que trabaja EPSD. Fernando Zarco Hernández, miembro de este colectivo, aclara que no se trata de fomentar el consumo de drogas, sino brindar información que “pueda evitar un mal viaje”.
“Hoy decidimos hablar sobre el cristal, droga que se usa con mucha frecuencia y no hay mucha información. El nombre científico es metanfetamina, un estimulante sintético que se utilizó en la Segunda Guerra Mundial para mantener a los soldados despiertos y con mayor resistencia al frío y al hambre. Es un estimulante que activa el sistema nervioso, genera euforia, se tensan los músculos, se dilatan las pupilas y se tiene idea de mayor fuerza y velocidad, tiene un alto potencial de dependencia y genera crisis nerviosas”.
Señaló que es legal para usos médicos, bajo receta, pero es ilegal traer más de 200 miligramos, pues es una sustancia fuerte y peligrosa. “Se metan lo que se metan, no se lo metan a lo tonto”, fue la invitación que hizo Zarco Hernández.
“No alentamos el uso de drogas, sólo te decimos qué tienes que saber si lo estas usando”, atajó el activista quien indicó que aun cuando saben los daños que generan, hay personas que deciden experimentar con drogas, y si ya van a hacerlo, lo que se recomienda es que se cuide el contexto, que sea con gente de confianza, en un lugar en donde se pueda hacer de forma tranquilo. Invitó a los consumidores de drogas a utilizar dosis adecuadas, identificar con qué tanta frecuencia pueden recuperarse.
“Como la mayoría de las sustancias son ilegales, las personas que usan drogas vives con el miedo de que los van a cachar y eso genera más ansiedad, que no ayuda mucho, más bien afecta. Lo curioso es que nunca se habla de las consecuencias de la ilegalidad, lo que se traduce en una persecución social”, señaló Zarco Hernández.
“El discurso dominante es “no te drogues”, las campañas de la Comisión Nacional contra las Adicciones tienen un mensaje prohibitivo, en vez de brindar información o un cambio de mentalidad, le apuestan a una estrategia prohibicionista”.
Señaló que el grueso de la población que consume drogas está en el rango de los 18 y los 34 años, por lo que calificó como un mito que los adolescentes sean el sector de la población que consume más drogas. Indicó que más bien se trata del grupo que más se expone al no tener un lugar en donde realizarlo sin presiones.
“La política actual de drogas encarcela a adictos o narcomenudistas, policías extorsionan a las personas más que ayudarles. La Conapred registra que la Policía es la que más discrimina a los ciudadanos. Los jóvenes están más expuestos a este tipo de violaciones, andan comprando lo más barato y sufren consecuencias de malos productos por la falta de regulación de las drogas, de ahí la importancia de cambiar el enfoque”, añadió.
