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El comal le dijo a la olla (o el burro hablando de orejas) // By Camila Cienfuegos

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Por Camila Cienfuegos (taquera)

El gobernador Silvano Aureoles pidió a los alcaldes michoacanos dejar de lado las pasiones políticas y electorales, y trabajar hasta el último minuto. Esto por aquello de que a muchos –incluida gente de su gabinete- les ha dado la punzada de ser candidatos pero no dejan el actual hueso. El mensaje quizá fue concretamente para los presidentes municipales que, gracias a una laguna legal, podrían ser candidatos, hacer campaña y… lo mejor de todo, seguir succionando sin llenadera de la ubre municipal. Esto sin contar con la seductora posibilidad de pellizcar de los recursos públicos municipales para hacerse notar en los medios de comunicación.

¿Pero se ha puesto a pensar el gober que él mismo no ha concluido un solo periodo en sus cargos de representante popular? De hecho, no hace tres que cuatro meses él mismo tenía la punzada de lanzarse a una insensata aventura para lograr la candidatura a la presidencia de la República. Ni si quiera llegó a las semifinales porque el Pollito Chiken se quedó con ella tal y como se pronosticaba tiempo atrás.
Quizá el gober #SilvanoAureoles sigue resentido.

AL REPECHAJE CON EL #PVEM

Pero en el gabinete gubernamental todavía hay gente que no le hace el fuchi a una candidatura. Basta ver el caso de Juan Carlos Barragán que, ya no se sabía si era funcionario o candidato. Al final se saldría con la suya al obtener la candidatura a la presidencia municipal de Morelia.

En otro caso, el dirigente del Verde (y seguro candidato pluri), Ernesto Núñez, no descartó lanzar como candidata a la perredista Julieta López, funcionaria que despacha como coordinadora de Comunicación Social y que, dicho sea de paso, también le vuelan las patitas para ser representante popular (la han destapado hasta para senadora), pero con el cupo lleno en el sol azteca, no le haría fuchi estar amparada por el partido del perico. Todo esto bajo el amparo de la coalición PRD-PAN y la chiquillada.

TEORÍA DE LOS PADRES BUENOS=HIJOS MALOS

De chamacos solíamos molestarnos con nuestros padres por obligarnos a levantarnos temprano para asearnos, cambiarnos y desayunar para llegar a tiempo a la escuela.

Si se tenía negocio familiar la chinga era doble porque nomás terminar la tarea, tenía uno que camellarle al trabajo sin la más mínima holgazanería.

Vivirlo de chamacos resultaba nefasto y hasta molesto “mis jefes son bien ojeis” –exclamaba uno. Ya luego de grandes, con profesión, buen trabajo y todo, decía uno:
«Hijole, gracias a mis padres que me disciplinaron tengo todo esto»
Algunos le llaman cultura del esfuerzo.

Pero de esta teoría que tengo de los padres, la comparo con las campañas electorales, pues con los candidatos pasa algo parecido, el problema es que las promesas de quienes quieren gobernarnos están a la inversa: se pretende una comodidad y hasta dinero. Se pretende omitir el esfuerzo y llegar directos al éxito como por arte de magia (si se le puede llamar éxito a vivir con una mísera beca sin hacer nada).

¡Excelente juebebes para todoooooooooooooos!

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