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La importancia del perdón // By @Siibariita

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Por Liz Gómez

Para poder hablar del perdón primero es básico hablar de qué cosas generan la necesidad de perdonar, por principio, debió haber pasado alguna situación que implica dolor, incomodidad, enojo, frustración o disgusto por parte de una persona hacia otra. Sentirse molesto o dolido por algo que te han hecho es provocar alejarse de quien te ha afectado, ignorar a esta persona, evitarla o excluirla de tu círculo social, entre otros, por el contrario la persona que generó tal situación, actitud o incomodidad puede sentirse indiferente a la circunstancia, indignado o en el mejor de los casos culpable, esta última será la principal sensación que emitirá en el mejor de los casos el tener el valor para pedir perdón.

La importancia de pedir perdón y perdonar radica en la necesidad de buscar estabilidad, soluciones, resarcir el rencor y el enojo al igual que recobrar el lazo de relación que se tenía. Uno de los principales ingredientes que se requiere para lograr un diálogo que culmine en las disculpas: es la comprensión, por principio, la comprensión de entender que se es diferente de los demás, que se es una persona imperfecta, un ser individual, y entender que si rara vez sucede alguna incomodidad puede ser por falta de conocimiento de gustos, intereses u opiniones de la otra persona, por otro lado, si la incomodidad o las situaciones que lastiman son persistentes, se está tratando de una situación conflictiva llena de pésimas intenciones para afectar a un otro.

Una de las causas por las cuales el perdón no llega a ser utilizado, es porque su significado e intención ha sido enseñado de forma inadecuada, lamentablemente se piensa que si se pide perdón se está mostrando a una persona vulnerable, débil y con poco criterio. Sin embargo, hablar de la capacidad de perdón, es hablar del valor de la voluntad, del reconocimiento de errores, de ser humilde, de la habilidad para reflexionar, de la importancia de los demás como seres humanos sensibles más no débiles, es comprender que escuchar al otro siempre será la premisa básica para entablar una relación sana y libre de daño intencionado. Tener la capacidad de pedir perdón es asumir las propias emociones, la flexibilidad consigo mismo para comprender los propios errores y tener la intención de mejorar y ajustar, es desear avanzar dado que, no perdonar ni pedir disculpas implica hacer alianza con el rencor y con ello has pagado tu boleto para vivir en el pasado; ciertamente vivir bajo el influjo del rencor te hará un cliente vip en el pasado a causa de que el dolor o enojo será permanente en cada recuerdo. Otras personas tratarán de aferrarse a esa situación incómoda para evitar relacionarse y así “impedir” que les suceda lo mismo otra vez (a estas personas se les olvida que hay patrones de comportamiento), pero esto no es resolver, esto es evitar, y evitar la incomodidad o el dolor jamás será sinónimo de bienestar, en estos casos se prefiere una zona cómoda a una zona que implique esfuerzo y madurez emocional.

Perdonar implica regirse en base a lo que tú necesitas, más no en lo que el otro quiere, es un proceso donde se busca la estabilidad propia, más no de quien te ha afectado. Al momento de desarrollar tu capacidad de perdonar estas desarrollando el proceso de seguridad emocional, donde irás actuando en pro de tu tranquilidad siendo así tu responsabilidad el buscar y establecer situaciones que te lleven al crecimiento personal.

Saber que has perdonado, es recordar esa situación que te generó enojo o malestar y no sentir absolutamente nada ante el recuerdo, si por el contrario cada vez que haces remembranza de esas situaciones sigues enfureciéndote o terminas llorando, debes saber que aún tienes cosas pendientes para seguir avanzando sin molestias emocionales.

Perdonar y pedir perdón sin lugar a dudas te hará ser más comprensivo con las diferencias y dificultades de los demás, tener mayor capacidad para conocer tus deficiencias y las de los que te rodean, es madurar y crecer en plenitud sin un pasado hostigante ni doloroso, implica enseñar a ser solidario, pues gracias al perdón trasciendes dado que te transforma, te renueva y sueltas lo que te ata al dolor.

Diría Walter Riso que el recuerdo del pasado cumple una función adaptativa, es hacer valer el respeto a las personas afectadas y asumir la responsabilidad de los propios actos. Perdonar es aliviar el dolor dado que disculparse también es una decisión, es un acto de amor razonado sino por amor al otro, sí por amor así mismo, no olvides que si amas entonces invariablemente estarás del lado del perdón. Cuando eliges perdonar inicias la aventura de soltar al resentimiento, esto implica enfrentarse a los que te han afectado sin odiarlos, sino por el contrario, es enfrentarse movidos por la convicción de bienestar y de adquirir tranquilidad.

Nos vemos pronto con más palabras democráticas para el placer y la conciencia.

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