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Mientras México ofreció su ayuda para apoyar a las víctimas de Harvey, su presidente, Donald Trump se aferra a sus políticas intolerantes.
Pese a que mientras en Estados Unidos se enfrentaba a una de sus peores catástrofes, cuando el huracán tocó tierra el 25 de agosto por Corpus Christi, Trump se dedicó a lanzarse contra México respecto a Tratado de Libre Comercio (TLCAN) y la cuestión sobre quién va a pagar la construcción del muro fronterizo.
Pese a sus comentarios en diversas plataformas, la diplomacia mexicana se mostró como un ejemplo de sentido común y dignidad: ofrecer ayuda humanitaria a las víctimas del huracán ‘Harvey’.
Luego de estas acciones, el gobernador de Texas, Greg Abbott -político republicano- y el Secretario de Estado, Rex Tillerson, contrario a su líder, aceptaron con humildad y agradecimiento el apoyo de los vecinos.
Sin embargo, Trump ha omitido cualquier tipo de reconocimiento hacia México. Su última mención de nuestro país ocurrió dos días después de que el huracán tocara tierra, haciendo referencia a los altos índices de criminalidad, lo que justifica la construcción de un MURO (así, en mayúsculas).
