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Nacido en Tuxpan, y tras haber recorrido diócesis complejas como la de Ciudad Altamirano, Guerrero y Ciudad Netzahualcóyotl en el Estado de México, Monzeñor Carlos Garfías regresó a su tierra para ahora encabezar y pastorear a la grey católica de las siete zonas eclesiásticas que conforman la Arquidiócesis de Morelia, al recibir este miércoles el báculo que hace más de 400 años empuño don Vasco de Quiroga, y de quien precisamente será su 9no sucesor en la historia diocesana moreliana, en ya casí 500 años de su fundación.
Ante un estadio Venustiano Carranza que lucia gran parte de sus tribunas repletas de religiosos, estudiantes de colegios así como políticos y representantes de los poderes del Estado encabezados por el gobernador Leonel Godoy, Garfías Merlos tomó posesión como nuevo arzobispo de Morelia en reemplazo del celayense Alberto Suárez quien duró 22 años en el cargo y quien por edad pasará a ser arzobispo emérito.
Al asumir su cargo teniendo de testigo a la patrona de la Arquidiócesis, la Vírgen de la Salud de Pátzcuaro, Monseñor Garfías pronunció en su homilía los temas que le generan preocupación y atención y en los cuales avocará gran parte de su nuevo ministerio.
Fue así que entre sus prioridades remarcó la necesidad de atender a los jóvenes «para evitar que caigan en las tentaciones que les ofrecen los grupos criminales» a falta de principios morales sustituídos por los valores económicos.
Refirió que se vive actualmente una degradación del tejido social por lo que preciso, parte de su reparo debe basarse en el respeto hacia las mujeres , de cualquier extracto y condición, pues dijo, ellas son la base de la familia.
Sobre los migrantes también mostró preocupación al señalar que ellos deben saberse incluídos en esta sociedad que por alguna razón debieron abandonar.
Tanto al principio como al final de su discurso, el arzobispo Garfías enunció la.importacia de fomentar la cultura de la paz y trabajar en ella para que las comunidades azotadas por la violencia se liberen de ese flagelo.
