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Pese a la violencia que se vive en Guerrero, el subprocurador de Investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE), José Antonio Bonilla Uribe, se da el tiempo para relajarse y «consentirse» en el Mar de Cortés, Baja California.
Fue este lunes, cuando se mostró el fotografías difundidas en las redes sociales, al funcionario en un yate privado en las inmediaciones de la isla del Espíritu Santo, en el Mar de Cortés, frente a Los Cabos de La Paz, Baja California.
Esto se dio a conocer por su mismísima esposa, Geraldina Torreblanca, hija de Alberto Torreblanca Galindo, hermano del exgobernador Zeferino Torreblanca, quien subió una foto en su cuenta personal de Facebook posando junto a José Antonio Bonilla Uribe y un grupo de amigos a bordo de un yate privado en la isla del Espíritu Santo.
Otro amigo de sus amigos, Jorge Ochoa Jiménez, también exhibió en su cuenta personal de Instagram una imagen en la que mostraba unos moluscos de concha. Dijo que se encontraban en la misma zona de Los Cabos.
Mientras ellos tomaban fotos y se divertían, en Guerrero, miembros de dos grupos de guardias comunitarios chocaron en las inmediaciones del poblado de Tlayolapa, municipio de Juan R. Escudero, con un saldo oficial de siete muertos y dos heridos; fue ejecutada la estudiante universitaria Adriana Ramos García junto a otro joven al interior de una pastelería ubicada en la zona urbana del puerto de Acapulco; y sigue sin respuesta la masacre de Tlayolapa.
Esta acción del funcionario de la FGE se suma a la que en junio pasado hizo el gobernador Héctor Astudillo Flores, cuando viajó con su familia y parte de su gabinete en aeronaves y vehículos oficiales a la capital de Oaxaca, para asistir a la boda de uno de sus colaboradores, como lo mostró él mismo en redes sociales.
