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Peña Nieto y el IMJUVE/ by @paulalcantar

Por Paul Alcántar

Originario de Zamora Michoacán; en alguna ocasión pensé en ser sacerdote, comprendí desde hace tiempo que las libertades son complementarias para la convivencia diaria y con esa idea actúo. Actualmente soy estudiante de Maestría en Política y Gestión Pública por el ITESO en Guadalajara Jalisco; la hago de asegurador, de politólogo, de activista y ahora de columnista en este espacio. La grilla no debería existir.
Originario de Zamora Michoacán; en alguna ocasión pensé en ser sacerdote, comprendí desde hace tiempo que las libertades son complementarias para la convivencia diaria y con esa idea actúo. Actualmente soy estudiante de Maestría en Política y Gestión Pública por el ITESO en Guadalajara Jalisco; la hago de asegurador, de politólogo, de activista y ahora de columnista en este espacio. La grilla no debería existir.

Ante lo que se le puede reconocer como uno de los albazos que pasó de noche y que Peña Nieto hizo en temas de políticas públicas para jóvenes, resulta que la SEDESOL se hace cargo de las funciones que el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE)  venía haciendo hace años.

Como en otros casos, el panismo en el poder no supo qué hacer con la agenda juvenil de nuestro país y era decepcionante lo que el IMJUVE no hacía o dejaba de hacer. Nunca supimos quiénes fueron sus directivos y sus agendas, sus propuestas o iniciativas para destacar el tema.  Más que ser un organismo que estuviera al pendiente de las demandas que se merecían los jóvenes, resultó que de noche pasó la intención de la nueva administración federal para desaparecer a la juventud de la prioridad de Peña Nieto.

Contrario con lo que pasó con el tema de género, cuando también se intentó borrar la importancia de las mujeres y pusieron a temblar a la experredista y actual Secretaria de Desarrollo Social Rosario Robles para que desistiera el presidente de tal bajeza, la juventud una vez más es reducida a segundo plano de manera institucional al pasar a manos de decisión que la también exjefa de gobierno deberá tomar, como si ya no hubiera remedio para atender tanta demanda que esta población merece.

Tan sólo hay que recordar que el 40% de México tiene una edad promedio de 26 años; cuarenta millones de mexicanos susceptibles a factores fuera de su control, como la falta de educación, salud y trabajo; sin importarle al Gobierno de la República.

En algunos estados la suerte del tema juvenil también pasa desapercibido. En Michoacán se elevó en su momento a nivel de Secretaría en la administración de Leonel Godoy  y en el de Vallejo nuevamente se redujo a una oficina de atención.

¿Por qué no se toma a la juventud en serio? Hemos escuchado y leído la importancia de asumir una responsabilidad de Estado con esta población pero nuevamente la administración pública deja a un lado una de las grandes oportunidades que nuestro país necesita: saber qué quieren y necesita la juventud mexicana para salir del atolladero.

Desesperanzador  panorama que tenemos.

Chapulines

Siguen las apuestas del relevo a Fausto Vallejo. Podrá decir misa comunicación social del gobierno de Michoacán, pero la inminente renuncia del Gobernador da pauta a muchas incógnitas por descubrir al “tapado” que será beneficiado de la decisión que, finalmente, le corresponde tomar a Vallejo. Al tiempo.

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