¿Justicia o broma? // By Camila Cienfuegos
Por Camila Cienfuegos (También llamada Lucha Reyes luego de dos tequilas)
Se le vio “tecatear” muy a sus anchas con el más infame y mediático de los templarios: la Tuta. El aparato de seguridad pública que, se supone, debería proteger a los michoacanos, lo dispuso a las órdenes del cruel criminal para realizar sus horripilantes fechorías. El hijo del exgobernador Fausto: Rodrigo Vallejo Mora, literalmente negociaba con el diablo; jugaba a ser su amigo y socio en el siniestro negocio del asesinato, el robo, el secuestro, la extorsión… el decapitamiento. Crímenes que horrorizaron a toda una sociedad indefensa y que, dicho sea de paso, estaba a su merced.
El Gerber, como cariñosamente le bautizaron sus compinches, no estaba contra su voluntad cuando convivía con el matarife, le pedía a sus esbirros consejos para desenfundar, al estilo sicario, armas cortas que gustoso les presumía.
Corto fue el tiempo que Rodrigo estuvo en prisión; el mismo crimen imputado en su contra no se antoja grave: encubrimiento.
Detenido en julio del 2014 fue excarcelado al año siguiente, pagando una fianza de siete mil pesos. Hoy, el Cuatro Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito no solo ha finiquitado el caso, también le ha devuelto cinco mil 665 pesos de la fianza original y le redujo la condena de un año ocho meses de prisión a solo siete meses, con lo que el chico ya está libre de toda deuda legal.
Desconozco si existió de por medio alguna negociación de niveles estratosféricos para sucediera semejante sinrazón. Entiendo que el gobierno fallido de su padre es consecuencia de sus travesuras con el crimen, por lo que cualquiera supondría que la forzada renuncia de Fausto al gobierno, sería parte un oscuro acuerdo para que su estancia en la cárcel fuera fugaz, o como dijera don Benito Juárez “con ley y gracia”, ley y gracia para El Gerber y la ley a secas a Mireles.
A estas alturas en que en México todo puede suceder, igual el Papa le hizo el milagrito cuando Vallejo Mora se hizo el aparecido en la misa del pontífice, creando con ello una tenebrosa mezcla de desfachatez, impunidad y cinismo.
Lo cierto es que la decisión del o los juzgadores es una especie de majadería a la inteligencia popular y un claro mensaje para todos los michoacanos: la justicia no es pa´nacos y pelados, el crimen sigue mandando.
Me voy a la Ciudad de México a respirar profundo. Quizá encuentre respuestas.
¡¡Excelente viernes tequilero para todoooooooooooooooos!!
