STAFF/@Rodrigo Castaneyra/@liacastaneyra
El tradicional desfile del 16 de septiembre en Morelia vuelve cada año a retomar la confianza y emoción de los ciudadanos que esperan ansiosos ver marchar por el primer cuadro de la ciudad a sus conocidos o familiares, o simplemente, ver las instituciones o dependencias del estado al ritmo de las trompetas y tambores.
Desde las famosas bandas de guerra de secundarias, hasta la de la secretaría de seguridad pública, siendo inevitable que se enchine la piel al escuchar al unísono la famosa porra de los nicolaítas.
Siendo los elementos del ejército mexicano quienes se llevaron más aplausos y Porras de los morelianos, al momento de ver pasar al contingente de aquellos hombres que del Plan DN-III, quienes arriesgan su vida por rescatar y ayudar a damnificados, recientemente, de sismos e inundaciones en el estado.
Como ya es tradición, las minifaldas llamaron la atención de propios y extraños, quienes piropeaban a mujeres de cada contingente; aunque uno que otro hombre se llevó rechifla de las presentes.
Para agarrar «color» o de plano requemarse con el sol que pegaba a plomo está tarde, los morelianos disfrutaron de este desfile acompañado de churros, agua, nieve, garbanza, manzanas acarameladas, bolis, las papas fritas, elotes y muchos otros antojitos que solo los morelianos disfrutamos en un ambiente familiar, sin dejan de lado a aquellos que se compraban sus latas de cerveza en las famosas tiendas de conveniencia ante el calor incesante y darse una «refrescada» por la noche de anoche dando el grito de independencia.
Desde niños pequeños hasta personas de la tercera edad, se mostraron Contentas de disfrutar un año más el tradicional desfile en Morelia, ocupando lugares que eran rentados hasta en 30 pesos y con hasta una semana de anticipación en su «reservación».
