Entrevista a un libro// By @Ruy_Carreno

Por Ruy Carreño

Me encuentro en mi habitación, hablo con el silencio, la luz tenue de la lámpara en la pared parece detenerse, parpadea para escuchar ese dialogo, nada nos detiene; la sombra es un pequeño océano que nos baña los parpados; la cama está puesta, las palabras chillan como putas (diría Paz, el poeta); nada, ni nadie irrumpe ese silencio en la habitación; ni el ladrido del perro, ni las sirenas que habitan a lo lejos; estamos solos, el libro y yo; esta vez me encuentro con “Memoria de mis putas tristes”, los invito a escuchar a través del silencio (la imaginación abre caminos en medio de la nada).

¿Cuál es tu nombre? —Mi nombre es “Memoria de mis putas tristes”, y aunque para algunos mi titulo parezca indecente, en ninguna de mis paginas llego a ser grotesco, en mí se refleja la maestría de mi creador.

¿Quién es tu creador? —Él es un tipo esplendido, de sangre liviana, su nombre es Gabriel García Márquez, un colombiano excepcional, quien en 1982 fuera laureado con el premio Nobel de Literatura, el mayor reconocimiento a las letras universales; hace poco más de un año, mi autor trascendió a la inmortalidad.

En el ambiente reina la tranquilidad de una noche de mayo, calusora; el libro color turquesa, con un colibrí azulado en la portada, de editorial Diana, cuya primera edición saliera en el año 2004; por momentos se queda callado, pensativo, como si quisiera desentrañar de sí mismo alguna cuestión, es entonces cuando me pregunta: —¿Por qué me entrevistas a mí y no a mi creador?

Rió, ante tal cuestionamiento, entonces le respondo; recuerda amigo, que eres tú el entrevistado y soy yo quien hace las preguntas; sin embargo, te diré que no tuve la fortuna de conocer en persona al gran Gabo (como lo hizo alguno de mis necios amigos) y es por medio de ti y algunos otros de tu género, como he ido conociendo su genio creador; pero dime ¿De qué nos hablan tus páginas? –Luego de una pausa me contesta– Sin duda es una pregunta difícil, en mis breves paginas hablo de la vida de un periodista nonagenario que trabaja para el Diario de la Paz desde muy joven, quien a su edad vive un amor loco por una adolescente virgen; la historia quizá sea un reflejo futurista (incierto) de la vida de cualquiera de los lectores, también pudiera ser una advertencia para aquellos que no se han atrevido a amar, algunas de mis paginas hacen sonar la música de Agustín Lara, Pedro Vargas o la rapsodia de Wagner; no niego que en mí hay muchas mujeres, todas fugaces en la vida de nuestro personaje central; otras habitan en sus “memorias”, como su madre Florinda de Dios, personaje omnipresente, quien bien se merece un poema.

¿Por qué el autor utiliza en tu titulo el adjetivo de puta? —Bueno, porque en la vida de “el Sabio triste” (como lo llama Rosa Cabarcas, otro de los personaje angular de nuestra historia) existen muchas mujeres dedicadas a la prostitución, ese oficio o profesión milenaria; el titulo desde luego es escandaloso para las personas de santa moral; más no quisiera abundar en ello, a fin de no herir susceptibilidades.

Desde luego la prostitución es un tema difícil, aunque debo decir que entre tus páginas no se aborda con morbo, sino con delicadeza. Para cerrar la presente entrevista amigo mío, dile a nuestros lectores ¿Por qué leerte? –ríe, mientras espero su respuesta– Porque no pueden perderse la oportunidad de conocerme, de encontrarse entre mis líneas, habitar los espacios creados por las letras; todo gran libro deja una enseñanza y en mí caso basta con abrir la portada para emprender el viaje.

¿Hay algo más que no te haya preguntado y quieras decirle a nuestro lectores? Si, que mi historia se hizo película gracias a la coproducción de México-España-Dinamarca-Estados Unidos, la cual se estrenó en las salas mexicanas en el año 2012; es igualmente muy buena; más me gustaría que me leyeran primero, para no fijar barreras a la imaginación.

Gracias por darme la oportunidad de entrevistarte; quiero manifestar mi admiración y gratitud hacia ti, eres de mis predilectos; igual que “el Sabio” tengo el alma vieja; invito a mis lectores a entrevistar a un libro y a leer ésta pequeña gran novela.

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