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La salud de las personas LGBTTTI en problemas

Por Gerardo A. Herrera

Gerardo Herrera

Tanto la Organización Mundial de la Salud, como la Organización Panamericana de la Salud, han generado una alerta, respecto de la falta de información sobre la salud de las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales, transgénero, travestis e intersexuales (LGBTTTI) en América Latina y el Caribe, ambas plantean que se oculta su situación sanitaria, así como también expresan que existe demora de acciones para combatir el estigma, mejorar su salud y salvar vidas.

La OPS/OMS presta cooperación técnica para apoyar a los países a recopilar y analizar información acerca de las necesidades de salud de esta población, los obstáculos que enfrentan para acceder a la atención y el impacto del estigma sobre su salud y bienestar; la propuesta plantea el compromiso asumido por los ministros de salud de la región quienes en septiembre de 2013, se comprometieron a promover el acceso igualitario a los servicios de salud.

“Existe una gran ausencia de conocimiento sobre cuáles son los verdaderos problemas de estas colectividades, invisibilizándolas”, consideró el jefe de la unidad de VIH, Hepatitis, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual de la OPS/OMS, Massimo Ghidinelli. “Sabemos que son más vulnerables al VIH, a las hepatitis virales y a otras infecciones de transmisión sexual, así como también víctimas frecuentes de situaciones de violencia extrema, pero esto es sólo la punta del iceberg de los problemas y necesidades de salud que tienen”, afirmó.

El prejuicio, estigma y la ignorancia de la sociedad y de los prestadores de los servicios de salud sobre las realidades de las personas LGBTTTI, contribuyen también al desconocimiento de sus problemas, estado general y bienestar, y a que no les brinden atención oportuna, efectiva y adecuada, y que muchas de las ocasiones este segmento de población no hace valer sus derechos de acceso a servicios de salud de calidad.

Miembros de la comunidad LGBTTTI llegan a destiempo a solicitar los servicios y sus condiciones o problemas de salud son tratadas tardíamente con un pronóstico menos favorable. “Por ejemplo, la infección por VIH, que tiene una muy alta prevalencia entre hombres que tienen relaciones con otros hombres (HSH) y mujeres trans en América Latina y el Caribe, es muy a menudo diagnosticada en forma tardía entre personas de estas poblaciones”.

Con información de 2012 del ONUSIDA, la prevalencia de VIH en este segmento poblacional en Latinoamérica y el Caribe se estimó en 11,42% mientras que en la población en general no llega al 1%. En muchos países, este porcentaje se ha calculado que podría superar el 15%. No existe información disponible acerca de la situación entre mujeres trans, pero hay indicios de que la prevalencia de infección por VIH podría ser mucho más alta que entre HSH.

También según el ONUSIDA, sólo el 50 por ciento de los hombres que tienen sexo con hombres y que viven con VIH conocían su estado, lo que significa una pérdida de oportunidad para iniciar el tratamiento en forma temprana y para reducir el riesgo de transmisión a sus parejas sexuales.“Debemos erradicar de los servicios de salud la intolerancia hacia las personas LGBTTTI”, aseveró el asesor principal en VIH, enfermedades de transmisión sexual y hepatitis de la OPS/OMS, Rafael Mazin, y agregó que el maltrato en los servicios es violatorio de las obligaciones de derechos humanos establecidas en tratados universales y regionales. Además, “es inaceptable y no debe ser tolerado”, subrayó.

Pese al avance de la información, los datos que actualmente se tienen no logran distinguir importantes diferencias entre las condiciones de salud y las necesidades de atención de diferentes grupos al estar integrados dentro de una misma categoría. Por ejemplo, en la categoría “hombres que tienen sexo con hombres” se incluye tanto a los hombres gay, como a aquellos que no tienen una identidad gay (pero que mantienen relaciones con otros hombres), pero también a los llamados hombres de “closet”, en ocasiones podrían también incluir a las mujeres trans. En realidad, estos grupos tienen diferentes realidades, determinantes de salud, riesgos y necesidades de atención para la salud.

Por otro lado, el informe también expresa que las lesbianas también han quedado invisibilizadas (como parte de los mecanismos de opresión en contra de éstas), en parte, porque no han sido tan impactadas por la epidemia de VIH como los gays o las trans. “Se presume que son poblaciones que no tienen riesgo ni vulnerabilidad aumentada, pero sin embargo sufren igualmente el estigma, la discriminación, el maltrato y la violencia como problemas de salud en sí mismos y como factores que las alejan de los servicios de salud, y, por consiguiente, del diagnóstico y tratamiento temprano de sus problemas de salud, como pueden ser el cáncer de mama y los trastornos metabólicos o endocrinos”, expreso Mazin.

De esta manera, consideramos la importancia que en Michoacán, se debería de generar una política pública de salud, y a través de las páginas web y otros mecanismos para dar a conocer la situación de enfermedades relacionadas con la comunidad LGBTTTI.

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