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Michoacán, ¡A La Chingada! Ya Llegamos… / By @ellycastillo

Por Elly Castillo

ADVERTENCIA: Este texto N0 es apto para personas en búsqueda de optimismo y  buena vibra sobre la situación de Michoacán, se recomienda su consideración.

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No es una exclamación, no es un insulto ni tampoco sarcasmo del que suelo utilizar. El título de esta columna no es más que una referencia de la ubicación exacta de dónde se encuentra el estado de “los llanos azules los lagos dorados”, mismo que solía esconder a la caprichosa musa de aquel  terco enamorado que no se cansaba de buscarla “por esas tierras tan bellas, de Zitácuaro a Huetamo, de Apatzingán a Morelia”; la misma entidad bravía que vio a Juan Colorado cabalgar con su cuaco El Huracán pregonando a los cuatro vientos “¡Que Viva Mi Tierra..!”.

Hoy, a las palomas mensajeras ya no podemos pedirles que  detengan su vuelo en la búsqueda del paraíso, porque Michoacán ha dejado de serlo. Por el contrario, deben atravesar el estado lo más pronto que puedan – y porfas, no volteen para atrás-, pues esto se ha convertido en el nuevo “Mordor”  como han parodiado las redes sociales, el lugar fúnebre y desolado donde Saurón, el Señor Oscuro, decidió edificar su fortaleza dentro de la historia del Señor de los Anillos.

Este lunes la gran mayoría de los michoacanos que suelen despegarse los fines de semana de la rutinaria –y nefasta- información de los medios, para disfrutar de la familia, de los amigos, del tiempo libre, amanecerá, atardecerá y anochecerá con que Michoacán otra vez es noticia nacional e internacional.

Han matado al Vicealmirante Carlos Miguel Salazar Ramonet, Comandante de la Octava Zona Naval con sede en Puerto Vallarta, Jalisco. No es cualquier mando. Es un alto mando, muy alto, de la Marina.

Como si fuera un gobernador, pues los Vicealmirantes suelen estar a cargo de las 13 zonas navales que hay en el país.  Lo desviaron de la autopista, lo emboscaron y lo asesinaron, en pleno domingo en una brecha por Ecuandureo.

El crimen ocurrió precedido de un sábado y un domingo lleno de manifestaciones en al menos cinco municipios del estado pidiendo la salida de la Policía Federal de parte de “presuntos” comerciantes respaldados por transportistas haciéndose pasar como “sociedad civil”.

Manifestaciones, que a su vez antecedieron a una semana violentísima con 7 emboscadas a agentes federales y un ataque contra civiles en Los Reyes, dejando entre todo, un saldo oficial de 27 muertos, cuatro civiles, una agente municipal dos federales y 20 criminales.

Y junto con las muertes, el desprestigio, el impacto mediático, no sólo mundial, nacional, sino interno, en la moral: “Michoacán está cada vez más feo”; “qué triste lo que pasa en Michoacán”; ”cancelamos el evento en Michoacán”; “no estoy seguro de viajar  a Michoacán; “yo también me quiero ir de Michoacán…”

Por supuesto, que no es la gota que ha derramado el vaso porque este se derramó desde que mataron el año pasado a la ex alcaldesa de Tiquicheo, María de los Ángeles Gorrostieta; cuando intentaron acabar con la vida de Minerva Bautista siendo secretaría de Seguridad Pública en el 2010;  cuando asesinaron a dos altos mandos policiales en la era Godoyista  (el subsecretario de Seguridad Pública estatal José Luis Revueltas, y el director de la Policía estatal Preventiva, Alfredo Piñón); y uno más con Cárdenas Batel (Rogelio Zarazúa, director de Seguridad Pública); cuando han matado a 31 alcaldes desde 2006 según cifras de la Federación Nacional de Municipios de México; cuando asesinaron a 20 michoacanos en su vacaciones familiares hacia Acapulco en 2010; cuando han emboscado a agentes federales en múltiples ocasiones desde 2006, primero en las regiones del Oriente y ahora por todos lados; de las comunidades indígenas tanto purépechas como nahuas al borde de las armas como remedio de defensa ante el acoso criminal y el desdén oficial.

Eso sólo por hablar de los casos de funcionarios, figuras políticas, y casos que han causado revuelo en escala. Pero falta sumar los crímenes contra ciudadanos, “los daños colaterales” como los catalogó la era Calderoniana. Los que no ocupan espacios ni mucho tiempo en los medios.

Así, Michoacán ha llegado a La Chingada. Se encuentra en ella. Ya en estos momentos, tras la última semana, eso se puede confirmar.

Cualquier periodista michoacano con al menos seis años de experiencia y con sentido de la honestidad avalará, lo que varios  veíamos venir desde septiembre del 2006 cuando en Uruapan arrojaron cinco cabezas en el bar “Sol y Sombra” en plena pista de baile. Así, aparecieron los primeros decapitados mediáticos en la historia moderna de México: “¡Esto se va a poner de la chingada!” fue el veredicto colectivo a manera de advertencia.

Dos años después, en septiembre del 2008, el primer atentado terrorista en la historia del país. Más de 100 lesionados y ocho muertos en plenas fiestas patrias y en pleno Centro de Morelia tras la detonación de tres granadas: “¡Qué grado de barbarie!”. “¡Nos va a llevar la Chingada!”, el nuevo veredicto pero ya en forma de sentencia.

Y así, entre detenciones masivas de políticos por acusaciones que nunca les comprobaron, elecciones con promesas huecas y triunfadores corruptos que lo mismo desfalcaron municipios que las arcas del estado y  partidos políticos que postulan narcocandidatos, sindicatos y organizaciones mamadores de recursos, estudiantes –delincuentes, impunidad rampante y corrupción voraz, aunado a un gobernador que privilegió la ambición del poder y su salud por el  más básico sentido de gobernabilidad, Michoacán  tomó rumbo y se enfiló directo y sin escalas a dónde hoy por fin ha llegado: La Chingada. Ya llegamos. Ya estamos en ella. Nos está cargando en estos precisos momentos.

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Para basar tal afirmación en un acto/ hecho sustentable recurriré a la lingüística y a la referencia más completa que hallé, en Wikipedia:

Origen del término

La Chingada está relacionada con el verbo chingar, también de uso intensivo en México como palabra malsonante. Guido Gómez de Silva remite el origen al español chingar. ElDiccionario de la lengua española señala que chingar deriva de čingarár, término del caló que tiene el sentido de pelear. Por su parte, los autores del Diccionario de nahuatlismos en el español de México lo ubican como un nahuatlismo controvertido, relacionado con la voz náhuatl tzinco («en el ano»).

Frases hechas

La siguiente lista de expresiones donde se emplea La Chingada y términos derivados aparece en Gómez de Silva (2001).

  • Estar dado a la Chingada: arruinado.
  • Estar de la Chingada (o de la retostada): ser algo malo, difícil o complicado.
  • Ir hecho la Chingada: ir rapidísimo.
  • Ir a la Chingada: irse disgustado.
  • Irse algo a la Chingada: dañarse, romperse.
  • Llevárselo a alguien la Chingada: estar enojado, estar en aprietos.
  • Mandar a alguien a la Chingada: despedir con desprecio o disgusto a quien importuna.
  • ¡Me lleva la Chingada!: exclamación de protesta que se usa para dar salida al enojo, cuando se sufren adversidades, o de sorpresa; formas eufemísticas son ¡me lleva la fregada, la tía de las muchachas, la tiznada, la tostada, la trampa, el tren, la tristeza, la trompada.

Siguiendo esos ejemplos de Gómez de Silva en  la utilización de La Chingada como estado genérico intercambiable, se puede puntualizar así la serie de chingaderas que confirman las coordenadas michoacanas exactas:

Michoacán está dado a la chingada (arruinado): En 20 años el estado no saldrá del agujero económico  en el que se encuentra. Los indicadores macros, los pronósticos de crecimiento, la baja recaudación de impuestos, el bajo PIB entre la población, la fuga de fuerza de trabajo,  la nula creación de empresas y fuentes laborales junto con la deuda pública. Todo ello mezclado. Así lo refieren estudios y mediciones de la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana que en su momento expondré más a detalle. Y la clase política más avispada lo sabe. Cualquier aspirante a gobernador, lo sabe.

Michoacán está de la chingada (o de la retostada; ser algo malo, difícil o complicado): Zonas ingobernables. Penetración y sustitución de las autoridades por parte del crimen organizado, subsidiado por los delitos de extorsión y secuestro a nivel masivo. Más del 15 % de los municipios del estado que tienen que auto protegerse  con figuras que van desde “Vecinos Vigilantes” hasta “Guardias Civiles” o “Comunitarias”. Suspensión de garantías individuales, tanto por grupos delincuenciales como por las fuerzas de seguridad.

 Michoacán va hecho la Chingada (ir rapidísimo): En el 2002, con el foxismo ya andando y el PRI abandonando el poder estatal que ejerció por cerca de 70 años, el estado era considerado el tercero más seguro del país. En 11 años la entidad pelea también los primeros lugares pero en inseguridad y desgobierno, junto con Tamaulipas, Veracruz y Guerrero.

Michoacán se irá la chingada (irse disgustado / despedir con desprecio o disgusto a quien importuna.): Tal vez no lo dijo pero así lo pensó, y lo mandó “Michoacán que se vaya a la chingada”. Me refiero a Felipe Calderón. Su serie de operativos, tanto políticos como de seguridad, de acciones inconclusas pero sobre todo, de perjuicios muy por encima de beneficios de aquel que se ostentaba como el presidente de la promesa incumplía “¡A Michoacán le va a ir bien, pero muy bien!”.

Pero Enrique Peña Nieto no ha dado muestras de que no haya dicho lo mismo: “a la chingada con Michoacán”. Fue hasta hace tres días que los que habitamos aquí escuchamos pronunciar del presidente de la República la palabra  “Michoacán”, en los ocho meses de su administración. Y a pesar de que el mandatario ha emitido blablablá y discursos de solidaridad y seguridad, “más tropas más elementos” como si Fox y Calderón no hubieran hecho eso ya, el señor del copete refinado no ha enviado dinero ni se asoma algún rescate financiero, cuando recursos, economía, pero sobre todo atracciones de inversiones es lo que requiere el estado para empezar a abandonar su perfil delictivo.

Y si continuamos hablando de la lista de políticos que han enviado a la chingada a Michoacán, apuntemos a la dinastía Cárdenas: después del General, ni uno de ellos le ha aportado algo valioso a la entidad. Por el contrario, la han sangrado. En todos los sentidos.

Así me podría seguir con las referencias sobre La Chingada y todas sus derivaciones – y aplicaciones- en la realidad, en la ubicación, en la situación, en la que se halla aquel territorio que alguna vez fue un paraíso que albergaba tesoros como La Perla del Cupatitzio o El Jardín de la Nueva España, bautizado como Michihuahcán, ‘lugar de pescadores’.

Pero tras redactar más de nueve mil caracteres de recuentos y recuerdos de tragedias y fatalidades, estoy, ya, que me carga la chingada, y al igual que a muchos michoacanos, naturales o por adopción como yo,  en estos momentos me siento de la chingada, estoy viviendo en ella.

Lo único que me queda para rematar, es recordar que después de que pasemos de esta a la siguiente etapa, muy probablemente hablaremos en tiempo pasado y suspirando pronunciemos tristes o enfadados: “a Michoacán se lo cargó La Chingada”.

*Sirva el siguiente link subido a la red ayer domingo,  como prueba- testimonio de todo lo expuesto:

🙁

 TRUCHAS: Más representaciones de  multinacionales (bodegas o procesadoras) han decidido emprender la salida de Michoacán, y al igual que Nestlé (que de no ser por la lengua larga del secretario de Desarrollo Económico lo hubieran logrado), tratarán de hacerlo bajo la más absoluta discreción. El desmantelamiento ya empezó.  Y junto con ello el crimen organizado ha empezado la búsqueda de más espacios para extender su cuota de extorsión entre los comerciantes establecidos. En Morelia,  los líderes de uniones populares pueden tener más conocimiento del caso.

Cosa que ahí están: El Vicealmirante ¿viajaba solamente con un escolta en una camioneta  por una brecha en Michoacán?  ¿Alguien de su mando y encargo  no debería estar más resguardado al circular por los parajes michoacanos?

PD. La prensa, no es la que asesina, ni la que toma las decisiones ni la que gobierna.

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Nací en el DFectuoso y he vivido casi toda mi vida en Michoacán, dónde me he desenvuelto como perro negro callejero y obrero de la información en periódicos como La Voz y Provincia, así como la corresponsalía del Universal, hasta que vine a caer aquí. Más bien dicho, me vine a aventar a los brazos de changonga.com.

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