Violencia social/ by @ManuelOchoa_
Por Manuel Ochoa
En los últimos días se ha hecho evidente el clivaje social existente en diversas partes de la república mexicana, los normalistas en Michoacán, la CETEG en Guerrero, los encapuchados de la UNAM, entre algunos otros grupos que han puesto en jaque a los gobiernos de la región donde se llevan a cabo. A pesar de que todas conllevan un objetivo político específico de desestabilización, también representan un distanciamiento evidente entre la clase gobernante y este grupo de personas que hacen ejercicio de su derecho constitucional a manifestarse.
Los gobiernos de Michoacán, Guerrero, Distrito Federal, y Oaxaca han sido evidenciados por estas manifestaciones, como dicen muchos medios, «mostrando su incapacidad de ejercer la ley», pero la realidad es que estos gobiernos se enfrentan a un dilema muy importante, el pasado les ha enseñado que cuando se ejercen acciones de fuerza en contra de estos grupos, ellos responden con más potencia enardecidos por las propias acciones del gobierno, lo que agrava el problema de fondo.
El diálogo siempre debe ser la primer vía para resolver este tipo de problemas, pero ¿qué hacer cuando los manifestantes hacen peticiones que van en contra del bien común de la población o, peor aún, rechazan tajantemente el diálogo? Esa es la pregunta que la mayoría de los gobiernos se hacen en este momento sin pasar de la discusión a la acción para resolver el problema que crece y pone en peligro la gobernabilidad de cada uno de estos gobiernos.
En primer lugar, el aparato de gobierno estatal debería de obtener y analizar información sobre estos grupos para prevenir que sus demandas sociales estallen. Debe tener identificados a sus líderes, la situación en la que se encuentran estos grupos, y las acciones que pretenden tomar, esto para mantener una comunicación constante y adelantarse a ofrecer una solución a sus intereses antes de que la olla de presión estalle. La información que recabe el gobierno se debe hacer bajo los términos de legalidad, se trata de conocimiento e inteligencia, no de espionaje.
En segundo, la solución al conflicto debe ser analizada desde diferente punto de vista, y proponer ideas de solución fuera de los paradigmas ya establecidos, fomentando la innovación y la generación de ideas dentro de la administración estatal que pueda ayudar a resolver el problema presente. Entre más ideas se tengan, más posibilidades existen de llegar a una solución pacífica y que incluso genere una imagen positiva para la gestión estatal posicionándola como una capaz de resolver conflictos y con liderazgo propio.
Por último, la confrontación directa nunca debe existir, ya que tiende a alimentar más las protestas y se cohesiona más el movimiento al haber recibido una respuesta considerada como negativa por parte del gobierno. Sin embargo, si se están cometiendo delitos por destrozos de propiedad pública o privada, siempre se debe ejercer contención y documentación de estos delitos para que después los autores materiales sean sometidos a las leyes existentes, pero esta acción se debe realizar cuando el problema ya se haya calmado y se esté seguro que la protesta violenta no revivirá con estos procesos legales.
A pesar de que las protestas violentas o aquellas que afectan directamente los derechos de terceros son un grave problema alrededor del mundo, estas también funcionan como contrapeso de poder para regímenes políticos autoritarios, pero este no es el caso en México, y la federación tiene la responsabilidad de ayudar a los Estados a cerrar la brecha social existente entre el gobierno y estos grupos que persiguen sus propios intereses.
Cada acto que hagamos como ciudadanos siempre tiene una consecuencia negativa o positiva, pero hay que tomar en cuenta que siempre será más benéfico en lo individual y colectivo el proponer que el protestar, no obstante cuando existe un gobierno que no planea la atención a los diversos grupos de interés y/o que no escucha sus demandas o propuestas, inminentemente la protesta encontrará su cauce, como ha sucedido en los últimos días.
Twitter: @ManuelOchoa_
Correo: amanuelochoa@gmail.com
Facebook.com/ColumnaChangoonga
Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas y debrayes que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas. Si te gusta, ¡dale like y comparte!
