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Inspectores Del Ayuntamiento De Morelia Extorsionan A Vendedor Ambulante

STAFF / Elly Castillo
Se llama Jorge, tiene 32 años, ronda por el Centro de Morelia y muy probablemente tu primera reacción sea como la mía: de desconfianza en cuanto se te acerque ofreciéndote uno de sus parches serigrafiados que vende en 5 y 10 pesos según el tamaño, con las figuras de Bart Simpson, del Ché Guevara, de algún grupo de rock como Led Zeppelin o de algún diseño estilizado propio de skaters o patinetos.
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Sin embargo, la naturalidad de Jorge hace que la desconfianza se torne en cercanía, la misma que aprovecho para preguntarle por sus curiosos diseños, pues aunque bien trazados, se notan pobres en su calidad de impresión, en telas de múltiples colores y texturas, ya sea mezclilla o  manta delgada. No ha vendido ningún parche y ya son las 2 de la tarde. Es entonces que lamenta su suerte: los inspectores del Ayuntamiento de Morelia «no me dejan trabajar» dice.
Entonces accede a hacer un recuento: la suma da  500 parches decomisados, y 1,500 pesos que ha perdido ha causa de dicho decomiso. A pregunta directa, Jorge se apena (y yo debería apenarme más por preguntar tan directamente).
-¿Has pensando en robar? Se lo comento por la falta de ventas y su mala suerte.
-«No, no ¡para nada! No se me da», responde
Entonces le platico que soy reportero, ante la duda en su rostro si en realidad yo le estaba ofreciendo alguna chamba de dudosa legalidad. Jorge entra en confianza también. El hombre que vende gaspachos se acerca por detrás a escuchar su historia, la de un muchacho campesino que viene de Zirahuén y que llegó a Morelia el año pasado pues su abuelo, hombre también campesino, falleció y Jorge se vino a la capital del estado pensando en hacer una mejor vida.
A pesar de ser plomero, electricista, albañil, y claro, serigrafista, el muchacho no consigue trabajo. «Nadie me quiere dar. Que por que ya estoy muy grande, que por que no me conocen…», comenta con resignación, la misma con la que narra cómo el sábado los -voraces- inspectores del Ayuntamiento de Morelia le quitaron 100 parches, sólo por sorprenderlo vendiendo en el Centro. «Y el domingo me quitaron 30 pesos diciéndome que si no se los pagaba, otra vez me iban a quitar todos mis parches, y se los tuve que pagar. Les he  tenido que pagar como cinco veces, de a 30 de a 50 pesos. Pero también ya me han quitado como 500 parches, que son como mil pesos en tinta y telas que he perdido».
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Me enseña una de las infracciones levantadas por los inspectores. Alejandro Romero, Karen Chávez y Luis Donaldo son los nombres de los inspectores que la firman. «Por lo general ellos son siempre los que o me dejan trabajar y me piden dinero», dice.
-¿Y por qué no vendes en otro lado tus parches?
-«Porque aquí es donde hay más estudiantes y ellos son los que me los compran», comparte Jorge, quien recibe un gaspacho gratis del frutero,quien a manera de consolación por la conmovedora pero impotente historia le dice al muchacho: «es la corrupción…» Jorge le ofrece un parche a cambio del vaso de fruta pero el tendero prefiere que el chico no desembolse nada y siga confiando en que, hay bondad de algunos a pesar de la voracidad de los inspectores del Ayuntamiento.
Apenas meses atrás  algunos portales de noticias dieron cuenta del caso de otro inspector municipal que pretendía «multar» a un anciano vendedor ambulante de piezas de cobre decomisándole tres piezas y que al ser evidenciado por un reportero presente en el lugar  se abstuvo de sus intensiones.
En tanto, le ofrezco a Jorge en agradecimiento por contarme su historia, promover sus servicios al 44 31 26 86 63, te léfono donde lo pueden contactar para hacer trabajos de plomeria, electricidad, y arreglos en general.

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