La avaricia por la Catedral Inconclusa
Por Paul Alcántar
A Zamora se le conoce por su Catedral Inconclusa. Una construcción que inició a finales del siglo XIX para ser la sede del obispado de una de las diócesis más influyentes del occidente de México; y que por la guerra cristera tuvo que ser expropiada por el gobierno de Plutarco Elías Calles. Posteriormente fue rescatada por la grey católica en 1988, gracias a las gestiones del entonces obispo José Esaú Robles Jiménez para que el Papa Juan Pablo II intercediera ante Miguel de la Madrid en el marco inminente reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano que se llevarían con éxito posteriormente en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Hoy esa famosa Catedral se ha convertido en uno de los quince templos católicos más grandes del mundo y un referente turístico para Michoacán. Mucho se le debe a la capacidad del actual rector del inmueble, Raúl Ventura Navarro, para que el Santuario Guadalupano sea hoy un majestuoso icono del catolicismo devoto que persiste por estos lugares.
Pero nada es miel sobre hojuelas. Al sacerdote Ventura no se le caracteriza por la humildad que normalmente uno tendría como referencia de un hombre de Dios. No conforme con la gran obra y con la instalación de un órgano monumental con un valor aproximado de treinta millones de dólares, se ha encaprichado para destruir dos centros públicos que simbolizan lo que la religión fue capaz de oprimir en la Europa medieval en afán de agradar a Jesucristo: una casa de la cultura y un centro de salud a cargo del Estado de Michoacán.
La controversia que pelea el padre Ventura, apoyado por el gobierno panista de Rosa Hilda Abascal, es que según estos dos centros se encuentran dentro del terreno que lograron recuperar en el 88 y que, por ende, es propiedad del patronato que lleva la construcción del Santuario.
La casa de la cultura, a cargo del municipio, fue destruida y reubicada a un kilómetro; pero el centro de salud sigue con sus operaciones bajo las presiones del sacerdote, comenzando con excavaciones y demoliciones que están afectando al sanatorio. El director, médicos y enfermeras afirman que de cerrar las puertas del inmueble implicaría dejar de atender a más de 3 mil pacientes que reciben por año.
Por su parte Ventura se ha dedicado en sus sermones dominicales en confundir a los feligreses, logrando un ambiente hostil hacia los trabajadores del centro de salud y hacia quienes se oponen ante tal insensibilidad del sacerdote.
El obispo Javier Navarro se ha deslindado y el gobierno de Fausto Vallejo no ha dado una postura firme ante tal controversia. Quienes apoyan al centro de salud han sido recibidos por diputados locales del PRD pero tampoco han garantizado una respuesta oportuna.
Zamora, pues, no está lejana a la Nueva Jerusalén ¿o no es acaso una expresión más de fanatismo religioso lo que un sacerdote católico realiza atentando contra el Estado Mexicano? No hay ni un documento que Ventura tenga en su poder para que demuestre que el patronato diocesano tiene el derecho de destruir estas necesarias instalaciones.
Pero parece que la religión se impone ante la cultura, el conocimiento y la salud pública.
Chapulines
- Hubo elecciones en el PAN Michoacán y ganó el no favorito de Felipe y Cocoa Calderón. Veremos qué tan favorable resultará para el partido la designación de este nuevo personaje.
Twitter: @paulalcantar
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