No sólo el striptease…
Por Luis Bracamontes
Recientemente pasó el VII Festival de Danza Internacional de la Red Serpiente (largo nombre, lo sé); el cual, les comento, estuvo bien chévere.
Sin embargo, *con pausa dramática* hubo polémica cuando los organizadores comentaron que era la última edición que se hacía en Morelia debido a la falta de apoyo del señor Gobierno y la falta de espacios apropiados para presentar tanto danza como otras artes escénicas.
¿Por qué la danza sería, en todo caso, digna de tales inversiones? Habrá muchas opiniones al respecto, pero al final, no es la columna de los de las otras opiniones, ¿qué no?
La danza, como muchas otras artes y actividades, es una disciplina catártica. O séaseme que nos ayuda a sacar lo de adentro pa’ fuera y no precisamente cuestiones escatológicas, algo más sentimentaloide y emocional (entre otras cosas, claro está).
La biomecánica nos dice que es primero el movimiento y luego viene la emoción. Y no sólo al hacerlo, también al verlo. Un buen espectáculo de danza puede llegar a tocar las fibras más profundas de su ser.
Así que no sólo el striptease y las mamis regodeando sus atributos de silicón en los rostros de los clientes pueden hacer sentir cosas a través del movimiento. Somos una bella máquina natural interconectada en mente, cuerpo y alma –inserte aquí otro cliché–.
El fomento a las artes no sólo debe estar presente, sino constante. Muchas veces estos apoyos pululan o escasean por la demanda del público. Así que hagamos un buen público, uno creciente y voraz por las artes que se sensibilice y se abra a las posibilidades del espíritu.
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