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Crónica: así madrugaron los granaderos a los estudiantes

Elly Castillo

Eran las 4 de la madrugada y los taxistas alrededor de la Catedral de Morelia eran advertidos a la voz de “tienen que irse de aquí pero ¡ya!” por agentes del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) concentrados en el primer cuadro de la capital michoacana para tomar por asalto la Casa del Estudiante “Lucio Cabañas”, frente a la Biblioteca Pública Central en plena avenida Madero.

Los trabajadores del volante huyeron de inmediato y dejaron el terreno despejado para los uniformados, un tanto desorganizados pues no todos portaban equipo para afrontar los gases lacrimógenos que sus compañeros aventaban al inmueble con el objeto de penetrarlo.

La estrategia policial fue planteada sencilla pero eficaz: atacar el frente para ingresar por la puerta principal, cubriendo la retaguardia con los escudos protectores de fibra de vidrio.

Losetas y cartones volaban de los dormitorios estudiantiles, contra chorros de agua que emanaban de los camiones de bomberos que secundaban la acción policial, ante los ojos incrédulos de algunos gerentes de hoteles de la zona.

Cual escena de película épica, cerca de las 4:30 los granaderos se dispusieron, en bloque, abrir la puerta principal e ingresar grúas a manera de avanzada, incluyendo un vehículo de los llamados “rino”, cuya presencia por sí sola paraliza.

Poca fue la resistencia que pudieron poner los estudiantes, los mismos que horas antes, de forma envalentonada, habían prendido dos vehículos oficiales cuyos restos carbonizados yacían sobre la vía pública.

Las 4:45 de la madrugada y las defensas de los estudiantes cedieron, y junto con ello el arremetimiento de los granaderos, quienes se daban vuelo repartiendo zapes, pellizcos y una que otra patada “de pasadita” a los chavos que iban siendo detenidos, en su mayoría entre los 18 y los 24 años.

De manera pulcra para las costumbres de los uniformados michoacanos, los Goe´s  lucían sin armas de fuego, decisión sensible y atinada ante una acción de este tipo.

Formados en fila india, los estudiantes fueron sacados del lugar y luego subidos a transportes especiales de la Secretaria de Seguridad Pública, aunque la capacidad no fue suficiente y se debieron llamar camiones del servicio público.

Unos 150 estudiantes resultaron detenidos en las primeras acciones, aunque los reportes de que emergían los escondidos seguían saliendo para las seis de la mañana.

Una hora después en su cuenta de twitter, el gobernador Fausto Vallejo afirmaba que el operativo se realizó en estricto apego a la ley.

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