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El Sindicato Nacional De Trabajadores de La Secretaría de Salud (SNTSA), manifestaron su inconformidad sobre la decisión del Gobernador de Michoacán Silvano Aureoles Conejo, de dar pie a la construcción de un albergue que por primera vez se pretende hacer dentro de las instalaciones del Hospital Infantil de Morelia.
Los sindicalizados se niegan a que se realice esta acción por la reducción de espacio que se hará en el estacionamiento, lugar que es destinado para los vehículos de todos los trabajadores que laboran a diario en el sanatorio, además temen por un brote de virus o infecciones que se pueda desatar por las condiciones de vida que se tienen en el espacio, teniendo como antecedente el brote de chinches y piojos, propiciado afuera y dentro del hospital hace unos meses, que de acuerdo a los trabajadores, fueron los familiares que acampaban de donde provenían.
Ante este hecho, fue necesaria la intervención de la Secretaría de Salud para hacer limpieza de las áreas, además de fumigar gran parte de las zonas afectadas, con la finalidad de evitar un brote excesivo de estos parásitos., por lo que integrantes del comité de limpieza, exhortaron a las personas que se encuentran diario en el lugar, a mantener limpias las zonas, pues siendo un lugar expuesto, se pueden generar enfermedades severas.
Sin embargo, en entrevista con la representante de los padres de familia, María Guadalupe Ramírez Rentería señaló que “La Secretaría de Salud vino hace meses, llamada por los empleados del hospital que estaban furiosos por el brote de supuestos piojos que provenían de nosotros, cuando estamos seguros que venían de adentro de las instalaciones del hospital, ya que aquí tratamos de mantener limpio el espacio, y aun así los de la limpieza nos llamaron la atención por las observaciones erróneas que les dieron de adentro hacia nosotros”.
Actualmente la obra para construir el albergue se encuentra detenida por un tiempo de 15 a 20 días, mientras se hace un análisis que se tendrá sobre cuestiones de salud, siendo determinadas por la misma Secretaría de Salud, mientras tanto doctores, enfermeras, administrativos y más empleados rechazan la construcción pues representa un “foco de infección”.
