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Selene, un caso real

Por SANDee

Esta chava que conozco, vamos a llamarle Selene, comenzó haciendo dieta y cuando acordó tenía anorexia. Se puso flaquita, flaquita, la cara se le hundió, su piel y su cabello lucían opacos. Pero ella era feliz. Flaquita, flaquita.

Después, cuando alcanzó la meta, la talla cero de Zara, se sentía soñada. Pero el encanto no duró mucho, cuando subía o bajaba escaleras se cansaba y hasta le faltaba el aliento. Lo mismo cuando tenía que caminar o correr para alcanzar la combi. La onda se comenzó a complicar cuando en una de sus sesiones de spin, “le pegó vahído” y se cayó de la bici.

Selene se sentía tan débil que en la mañana no podía levantarse, aunque pusiera doble alarma, tomaba litros de café (por supuesto, sin azúcar) y medio mordisqueaba una manzana y eso era su desayuno, después tomaba litros de agua y en la noche mordisqueaba otra manzana.

Su obsesión por adelgazar y su terror a engordar si comía la hacían matarse de hambre y hacer horas de ejercicio aunque el corazón se le desbocaba y a ella el panorama se le oscurecía. Después vinieron los dolorones de cabeza, andaba de un genio insoportable y un día… que se le va la regla.

Un mes, dos, y al tercero, como ya de plano parecía zombie, que la llevan al doctor. La mamá pensó que había salido con su “domingo siete”, por el semblante, porque se mareaba, y siempre andaba “agüevonada”, pero no, la tal Selene tenía anemia.

Entre otros nutrientes, era hierro lo que le hacía falta a la chava. El doctor les puso una regañada inolvidable, les dijo que la anemia es para la gente que de verdad es tan pobre que no tiene nada que comer, o para los enfermos, pero con males muy, pero muy graves.

También les explicó que una persona puede estar severamente desnutrida tanto porque no come, porque come alimentos vacíos, sin sustancia, como la chatarra. Y que sí hay gorditos anémicos.

Algo que dejó pensando a Selene, -y me lo contó en confianza-, fue que el doctor le aconsejó: “Mija no sea mensa, la fisonomía de la mexicana no es talla cero, agarre la onda, además, ya se han muerto chavas en todo el mundo por ese motivo, acéptese como es, coma bien, haga ejercicio y quiérase tantito” .

Entonces, la flaca tuvo que aceptar  lo que el doctor le dijo que comiera, suplementos de hierro, vitamina B12, ácido fólico, caldo de res, muchos vegetales, principalmente de hoja verde, como acelgas, espinacas, brócoli y chícharos. La Selene, superó la anorexia pero se volvió vigoréxica. Esa es otra historia, luego se las cuento.

Twitter: @SanDeeMolina

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