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La Quemada

Por Fernando Juárez “El Sargento”

Hombre sabio sin estudios, interesado en la lectura y en lo paranormal, conductor de un Podcast de corte esotérico, sus principales objetivos son lograr entender un poco más con cada día que pasa, ver coronarse campeón al Atlante y llegar a tener una colección de libros que si bien no compita con una biblioteca pueda ocupar un cuarto de 3 por 3, eso sí, todos leídos y comentados. Espacio dedicado a la sugerencia de lecturas de diversos temas, a la especulación de temas paranormales, reflexivos y misteriosos, sitio donde se abordaran cuestiones que bien pueden creerse vánales o irreales pero que todos en algún momento han escuchado, leído o vivido
Hombre sabio sin estudios, interesado en la lectura y en lo paranormal, conductor de un Podcast de corte esotérico, sus principales objetivos son lograr entender un poco más con cada día que pasa, ver coronarse campeón al Atlante y llegar a tener una colección de libros que si bien no compita con una biblioteca pueda ocupar un cuarto de 3 por 3, eso sí, todos leídos y comentados. Espacio dedicado a la sugerencia de lecturas de diversos temas, a la especulación de temas paranormales, reflexivos y misteriosos, sitio donde se abordaran cuestiones que bien pueden creerse vánales o irreales pero que todos en algún momento han escuchado, leído o vivido.

Corría la época de la Colonia, el destino que todo lo planea decidió encauzar la vida de un rico español de Nombre Gonzalo Espinosa de Guevara, hombre de aproximadamente 50 años, viudo, de costumbres sencillas pero excéntricas, educado en las viejas tradiciones de la caballerosidad y el cortejo, poderoso y sobre todo padre de una hija cuya belleza no tenía igual en aquel momento.

Muchos eran los que se atrevían a cortejar a la hija, su nombre era Beatriz, se dice que los hombres al estar frente a ella se volvían locos de presenciar la belleza y trataban de demostrar su gallardía y pretensiones románticas mediante regalos y poesías, canciones, flores y promesas de amor.

Por desgracia, la hija sabedora de su belleza absoluta  solamente hacia sufrir a todos los interesados pues a ninguno le ofrecía más que una tímida sonrisa mientras los rechazaba de la manera más educada posible.

Un día, llego a las puertas de la mansión un joven Capitán del ejército, era el Marqués Martin de Scopoli, de origen italiano, rico y con un título nobiliario, era un joven aguerrido y valiente que había luchado por defender la corona Italiana y Española consiguiendo una reputación temible en los campos de batalla.

Beatriz cayó rendida ante la presencia y galanura de Martin, los demás pretendientes presas de los celos comenzaron a retar en duelos al joven capitán, los combates tomaban lugar sin que Beatriz tuviera conocimiento de los mismo y siempre el resultado favorecía al Marques, se cuenta que llego a matar a más de 30 pretendientes que simplemente amanecían desangrándose o heridos de muerte en las calles del centro histórico.

Un día llego a oídos de Beatriz lo que ocurría en las madrugadas mientras se luchaba por obtener sus favores, rompió en llanto al enterarse de toda la sangre derramada por culpa de su belleza, decidió que no era digna de ese sacrificio y con ayuda de sus sirvientas uso un anafre al rojo vivo para desfigurarse la cara y así alejar a todos los hombres.

Cuando Martin se enteró de lo que había hecho Beatriz, abandono su puesto y corrió solo para encontrarse con el rostro lleno de marcas, ampollas, sangre y la ausencia de carne en el que fuera una rostro angelical, solo sus ojos de una belleza sin igual quedaron sin daño y contrario a lo que podrían pensar Martin en ese momento la besó y pidió la mano en matrimonio de Beatriz.

Las bodas se celebraron y fueron de las más lujosas que se hubieran llevado a cabo, con invitados de alto nivel y alcurnia, la novia nunca se quitó el velo y meses después la pareja cambio su domicilio para poder iniciar una nueva vida lejos de los amargos recuerdos.

Los jóvenes fueron muy felices, la calle donde vivían Beatriz y Martin era secretamente conocida como la calle de La Quemada, cuentan las crónicas que tuvieron 5 hijos, todos ellos de una belleza muy particular que recordaba a la que en otros tiempos fuera llamada la mujer más bella de la Nueva España, Beatriz Espinosa de Guevara “La Quemada”.

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